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Proyecto que subiría arriendo de locales calentó plazas de mercado de Medellín

Un decreto aún no sancionado cambiaría las normas de juego en las cuatro plazas del municipio. Los comerciantes dicen que se quedarían sin empleo y los precios subirían.

  • De la Plaza Minorista dependen 10.000 personas directamente, eso sin contar a los agricultores que todos los días surten las estanterías con los productos más variados. FOTO cAMILO sUÁREZ
    De la Plaza Minorista dependen 10.000 personas directamente, eso sin contar a los agricultores que todos los días surten las estanterías con los productos más variados. FOTO cAMILO sUÁREZ
  • Encabezado del proyecto que busca los cambios.
    Encabezado del proyecto que busca los cambios.
18 de junio de 2022
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Una incertidumbre creciente reina en las cuatro plazas de mercado de Medellín. En los pasillos de la Minorista se escuchan palabras como “privatización” o “desalojo”. El mismo desasosiego se siente en la Placita de Flórez y las plazas de La América y Campo Valdés. Todo de cuenta de un proyecto de decreto conocido hace unos días. En el documento se plantean cambios en la operación de las plazas y, aunque apenas es un borrador, tiene en vilo a los comerciantes.

Estas plazas de mercado son bienes públicos del Municipio que son usufructuados por privados que pagan un canon de arriendo. El caso más significativo es el de La Minorista. Este mercado, que da empleo a unas 10.000 personas de manera directa, fue inaugurado en 1984 y recibió a los comerciantes del viejo Guayaquil, donde se construía La Alpujarra. Esos comerciantes envejecieron o murieron. Gracias a la figura jurídica del usufructo, cedieron sus negocios a sus hijos o herederos, que hoy están al frente.

Pues bien, el proyecto plantea prohibir esa sucesión. En el parágrafo del artículo tres dice que no podrán hacerse enajenaciones, cesiones o canjes de los locales. Para los comerciantes, esto va en contravía de los años que le han dedicado a sus negocios. Óscar Gómez, por ejemplo, es propietario de un granero que heredó de su padre, un viejo comerciante de El Pedrero que llegó a la Minorista en 1984. Sus cuentas indican que el padre estuvo al frente 20 años y él lleva 38 más. “Llevo 58 años de tradición con este negocio y es la herencia que tengo para mi familia. Es nefasto que nos digan ahora que no podemos cederlo. Eso es perder los años de trabajo”, agregó.

La Minorista es administrada desde hace 24 años por Coomerca, una agremiación que se juntó para organizar la plaza. Se unieron para darle orden a la cosa. Los más viejos recuerdan que la administración de Emvarias había sido un desastre y que en los pasillos se apilaba la basura. Édison Palacio, gerente de Coomerca, explicó que las mejoras de la plaza han corrido de cuenta de la agremiación y no de las alcaldías. “Nosotros no le significamos un solo peso a la administración pública. Es más, con los cánones que pagamos le transferimos unos $1.400 millones anuales al municipio. Nuestro modelo ha sido exitoso, incluso replicado en otras ciudades. Entonces, ¿para qué cambiarlo?”, cuestionó Palacio.

Al enterarse del proyecto de decreto, Coomerca se comunicó con la Secretaría de Suministros y Servicios, la encargada de los bienes. El gerente contó que la líder de ese despacho, Karen Delgado, escuchó las inquietudes y les pidió formularlas por escrito, cosa que ya hicieron.

Pero, mientras llegan las respuestas, las dudas martillan en la cabeza de los comerciantes. El otro gran problema que ven en el proyecto es el cambio de los cánones de arrendamiento. Estos tienen una función social. Es decir, son costos bajos, que permiten a las familias vender a precios asequibles y generar réditos.

Lo que plantea el proyecto, y que puso los pelos de punta a los comerciantes, es que los arrendamientos se hagan con base en una valoración comercial del suelo. Es decir, se evaluaría cuánto cuesta el metro cuadrado y de acuerdo a eso se haría el cobro. El municipio recaudaría mucho más, sí, pero los comerciantes dicen que esto iría en detrimento de la mayoría: “No es viable que se pague a precio como de centro comercial. La mayoría no tendría con qué pagarlo y tendría que dejar los negocios que ha sostenido por años”, dijo el gerente Palacio.

A esto se sumaría otro problema, alegan los comerciantes. Los cánones del arriendo de hoy permiten la estabilización de los precios; unos costos más grandes obligarían a un alza de los precios y a la larga afectaría a los usuarios.

Las dudas también se han extendido a las demás plazas. César Simbaqueba, gerente en La América, comentó que, para evitar el pánico, les han ido comentando los alcances del proyecto a los comerciantes. En esa plaza hay 115. “Hay un temor por terminar pagando mucho más, pues hoy funciona como un servicio social. Hay temores también en la vigencia de los contratos y la continuidad de las sucesiones”, precisó Simbaqueba.

EL COLOMBIANO se comunicó con la Alcaldía de Medellín desde el martes pasado para obtener respuestas sobre las inquietudes del proyecto. Pese a insistir varias veces, hasta ayer no llegó respuesta sobre el tema

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