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Carlos Serna se enteró de la noticia a las 11:00 de la noche. Su esposa Fanny Hurtado se había accidentado en La Estrella, al otro lado del Valle de Aburrá, mientras montaba en bicicleta. Esa era la información, sin más detalles. Entonces, como pudo, se vistió y salió de su casa. Con solo unos pesos en el bolsillo, insuficientes para tomar un taxi, arrancó a pedalear en su bicicleta, carcomido por la ansiedad, rumiando, en la mente inquieta, escenarios desastrosos.
Cuando llegó a la Clínica Antioquia, en Itagüí, se fueron develando más detalles que, lejos de tranquilizar la mente, ahondaron la incertidumbre. A Fanny la habían encontrado tendida a 14 metros de un policía acostado, de cara al suelo, y su rostro comenzaba a inflamarse. Los bomberos la socorrieron y la llevaron hasta la clínica, en donde le encontraron un trauma craneoencefálico y le indujeron un coma.
Unos días después fue trasladada a la clínica El Rosario, en Villa Hermosa, en donde permanece hasta el día de hoy.
Mala señalización
Fanny había salido esa noche, la del 16 de agosto, a “rodar” con un grupo de ciclistas. Al parecer, cuenta Carlos, tomó un camino diferente a sus compañeros y bajó por la 87 sur, que va a la zona de los moteles. Ahí se estrelló contra el policía acostado, despintado, sin señalización alguna. “Los que se dieron cuenta del accidente fueron los vigilantes que estaban por ahí. Cuando sintieron el ruido dijeron que otra moto se había accidentado en ese policía acostado. Solo después se dieron cuenta de que era una ciclistas y de que estaba grave”, narra su esposo.
El accidente de Fanny ha despertado la solidaridad de los ciclistas de la ciudad. La mujer, de 35 años, lleva más de tres años entrenando duro, subiendo los picos más escarpados del Valle de Aburrá. Su disciplina ha sido tal que ya subió al Alto de Letras, a 3.677 metros sobre el nivel del mar. Para lograr esa hazaña, cuenta su esposo, entrena casi a diario con varios grupos de ciclistas de la ciudad.
Por eso la solidaridad ha abrigado a la pareja. Alba Mery Lopera es compañera de Fanny en dos grupos de ciclismo. “Ella está prácticamente en todos los grupos de la ciudad. Un día rueda con unos y va rotando. Estamos en uno que se llama Guerreras, que es solo de mujeres. Ella es el alma de la fiesta, la alegría”, dice Alba Mery.
Una “vidatón”
Los amigos de rodada de Fanny harán hoy un homenaje en su honor. A las 7:00 de la noche se encontrarán en la estación Suramericana del metro. De allí, con velas y oraciones, saldrán hacia la clínica El Rosario, donde está hospitalizada la mujer. Pero la jornada, además de rogar por su pronta recuperación, tiene otra finalidad: poner de manifiesto los peligros que sufren los ciclistas en las calles del Valle de Aburrá.
“Esto también es un llamado a las administraciones municipales para que presten más atención. Ese resalto no solo estaba despintado, sino que no tenía una señalización que advirtiera que estaba ahí. No pasa solo en La Estrella sino, lamentablemente, en todos los municipios del área metropolitana”, dice Franky Posada, uno de los organizadores de la “vidatón”.
En efecto, como lo dice Carlos y los compañeros de Fanny, el policía acostado de La Estrella es una trampa peligrosa. Ayer estuvimos en la zona (ver foto principal) y vimos cómo carros y motos se lo “tragaban”. Por eso, cuando la ciclista se estrelló, los vigilantes pensaron que era un incidente más. Y, como dice Alba Mery, la compañera de “rodada”, el agravante es que el ciclista es el chasis y la latonería, el que recibe todo el golpe.
Con el caso de Fanny volvió a salir a la luz el accidente que hace unos años tuvo otro ciclista en ese mismo punto. Germán García, un aficionado de ese deporte, también se tragó el resalto. Es decir, el punto lleva años sin intervención. “Sabemos que mejorar la infraestructura no es de la noche a la mañana, pero hacemos un llamado a que las administraciones nos tengan más en cuenta. No solo somos ciclistas recreativos, sino que hay gente que se mueve en bicicleta por necesidad”, se queja Franky.
Consultado al respecto, el alcalde de La Estrella, Juan Sebastián Abad, respondió que ya hay un plan para reparar el resalto y que esta semana se ejecutará.
Mientras los compañeros de bicicleta oran, el estado de salud de Fanny, mejora de a poco. Aunque no la han sacado del coma inducido, cuenta Carlos que reacciona un poco cuando le habla. Con la caída, uno de sus ojos sufrió heridas de consideración y se temió su pérdida, pero todo indica que está bien.
La hinchazón ha disminuido de a poco. Que se desinflame es un paso que se necesita para seguir adelante. A Fanny tendrán que hacerle una cirugía plástica, pues su rostro recibió todo el impacto tras la caída.
Carlos y los compañeros extrañan su espontaneidad. Todos concuerdan en que las rodadas necesitan de su alegría, la alegría de “la negra”. Nada será lo mismo hasta que vuelvan a verla pedalear por las pendientes del Valle de Aburrá. Un policía acostado y sin señalización no será su final
Comunicador Social-Periodista de la UPB. Redactor del Área Metro de El Colombiano.