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Este miércoles será un día decisivo para la definición del rumbo que tomará el Concejo de Medellín el próximo año, cuando se concrete la elección de la nueva mesa directiva para el 2023, proceso que ha estado marcado por tensiones y jugadas políticas entre los aliados del alcalde Daniel Quintero y quienes están en la oposición.
Hasta ahora, la persistencia de un posible empate 10-10 era el tema que ocupaba a los concejales para ganar la presidencia para un bando u otro. Por el lado de los concejales que apoyan al gobierno de Quintero, la presidencia sería para el liberal Fabio Rivera. La contraparte se jugará sus cartas con la opción de Simón Pérez, del movimiento Todos Juntos, para liderar la mesa directiva.
Las dos coaliciones tienen claro los votos con los que contarían para hacerse al triunfo, pero en toda esta maraña política hay un concejal que se ha convertido en la gran incógnita: Luis Carlos Hernández del Partido de la U, que en ciertos debates y momentos claves se ha ausentado del recinto, lo que ha sido aprovechado por la alianza gobiernista para intentar, como sucedió con el debate de la venta de UNE, buscar revivir la iniciativa que ya había sido negada.
Hoy, en los pasillos del Concejo se da como un hecho que Hernández inclinaría la balanza a favor del candidato gobiernista, el liberal Fabio Rivera. Y esta posible inclinación estaría marcada por una negociación burocrática a favor del Partido de la U, específicamente para el equipo al que pertenece Hernández, el del exsenador Germán Hoyos.
Este diario conoció que una de las dos cuotas que tiene el concejal liberal Fabio Rivera en la Contraloría de Medellín, el contralor auxiliar Andrés Johan Giraldo, saldría del cargo esta semana para darle espacio al exconcejal Manuel Alejandro Moreno, quien habría renunciado a la Personería, para asumir esa plaza esta misma semana.
Con esta movida burocrática que favorecería al Partido de la U, el gobierno de Daniel Quintero estaría asegurando la elección de Rivera, con 11 votos, y con ello garantizar el manejo de la agenda de control político del Concejo en 2023, un año clave para la culminación de la gestión y las elecciones locales.
Podría suceder, entonces, que la elección no sea unánime como suele ocurrir, porque algunos concejales de la oposición han expresado que no están dispuestos a apoyar una candidatura que represente los intereses del actual gobierno de Quintero, cuestionado en esa corporación por los bajos resultados en la ejecución del plan de desarrollo, el manejo irregular de programas que eran un hito en la gestión de lo público en Medellín y las denuncias sobre presunta corrupción en la contratación pública.
La elección de la mesa directiva del Concejo para el siguiente año, por lo general, se convoca en las primeras sesiones de noviembre, tal como ocurrió, por ejemplo, con la mesa directiva de la Asamblea departamental. La decisión recae en el presidente del Concejo, Lucas Cañas, aliado del gobierno de Daniel Quintero, que prolongó hasta la fecha límite, este 30 de noviembre, la convocatoria de la sesión. En esos mismos pasillos de la corporación dijeron que estaban intentando por todos los medios conquistar el voto de Hernández. ¿Lo habrán conseguido con esta movida burocrática? Habrá que esperar el resultado de la votación.