Brexit o por qué la integración regional no es tan simple

Giovanny Cardona Montoya

Marzo 31 de 2019.

 

Desde que la economía de mercado se consolidó en el planeta en el marco de la revolución industrial y de las expansiones empresariales de los europeos hacia los continentes del Sur -África y Asia- a mediados y finales del siglo XIX, el mundo se ha divido -mal que bien- en países industrializados y naciones subdesarrolladas. El desarrollo económico norteamericano y el rezago de las naciones latinoamericanas desde su independencia a comienzos del siglo XIX, completan el mapa al que nos referimos.

En ese marco de referencia nacieron los procesos de integración regional. Seguramente hay antecedentes: Estados Unidos es el hijo legítimo de una unión de ex-colonias. La URSS fue la alianza más o menos voluntaria de territorios de diversidad cultural que hacían parte del otrora imperio ruso.

La Unión Europea es el modelo por excelencia de la integración regional moderna. Y hoy se halla en crisis.

Los padres del bloque europeo – Monnet, Adenauer y Schuman- no soñaban con un bloque económico. Su verdadero sueño era crear un Estado Paneuropeo, o sea, evitar una tercera gran guerra entre los alemanes, los franceses y los británicos. Así que, si bien, la integración económica hace parte del paquete, la verdad es que la ambición era mayor.

Una Europa integrada, aunque con diferentes niveles de profundidad: no todos se vinculan a la Zona Euro.

Una Europa integrada, aunque con diferentes niveles de profundidad: no todos se vinculan a la Zona Euro. Ahora la Gran Bretaña alzará vuelo.

La brecha entre la Unión Europea real y la ideal es la causante de la actual crisis:

¿Por qué el Brexit? Porque los ingleses tienen espíritu insular y porque su corazón de metal -su geopolítica y su bolsillo- se halla más cercano de Nueva York que del eje Berlín-París.

¿Por qué no se desata facilmente la trama del Brexit? Porque el tema no es sólo comercial: hay europeos continentales que pasarán a ser extranjeros en la isla y vicerversa. Porque los irlandeses -del Sur y del Norte- no se sentían tan divididos en el marco de la Unión Europea. Porque los comerciantes quieren que perviva una zona de libre comercio. Y, porque los pocos euro-enamorados británicos quieren que Londrés permanezca en la Unión Aduanera (permanecer en la supranacionalidad comercial).

¿Por qué fue tan aguda la crisis griega -desde 2007/2008-? Porque en época de expansión, los 28 eran un solo bloque; pero en tiempos de vacas flacas, los griegos necesitaban pedirle a los alemanes para conseguir un rescate económico. Supranacionalidad en el éxito, intergubernamentales en la crisis. Ahí sí no son tan europeos, cada país “sálvese como pueda“.

¿Por qué no se aprobó la Constitución Europea hace casi tres lustros? Porque los trabajadores, los movimientos sociales, los ambientalistas y las fuerzas denominadas “de base” reiteran su preocupación porque la integración europea parece sólo una unión de compañías exportadoras, inversionistas y bancos. No integración social y cultural de los europeos. Muchos críticos de la Constitución Europea (no todos) recordaban que el sueño de Schuman, Adenauer y compañía era algo superior…algo que no está sucediendo.

¿Qué aprende América Latina de todo esto?

bloques en el mundo

El subcontinente latinoamericano miró a Europa con envidia en la década de 1960. Y, entonces, nació una ola integracionista. Entonces pensabamos que si estableciamos retos de desarrollo regional (integrados) podríamos dejar el subdesarrollo, abandonar el tercer mundo y abrazar el primero. Por eso nacieron ALALC-ALADI, Pacto Amazónico, SELA, Mercado Común Centroamericano y otros. Integración económica y cooperación para el desarrollo. Todo pintaba muy coherente, con un gran potencial.

Incluso, cuando la guerra fría invadió centroamérica (Nicaragua, El Salvador, Honduras y en parte Costa Rica), el Grupo de Contadora, el Grupo de Apoyo y su ahijado el G-3 (hoy G-2) nacieron como alternativas regionales para curar heridas, para salvar la región.

Pero todo este sueño se fue diluyendo. Se fue volviendo un simple movimiento pro libre comercio. El Pacto Andino se volvió CAN y, a la vez, nació Mercosur. Un renacer de la integración comercial, nada más. A la basura lo que tuviera que ver con cooperación para el desarrollo.

La historia de este siglo XXI es otra: populismos de izquierda y de derecha intentan “ideologizar la integración“, convertirla en algo anti. Anti-imperialista o anti-socialismo del siglo XXI. Ninguna de las dos posturas muestra un camino genuino, regional, o sea, nuestro.

UNASUR anti-imperialista; en su lugar, PROSUR, que parece ser simplemente su némesis. Contra el fallido politizado ALBA, entonces, una Alianza del Pacífico, más neoliberal, más comercial.

La única realidad es que los países de América Latina se llenan de TLC con los europeos, con Estados Unidos y con el Este Asiático; acuerdos que promueven el librecomercio global, que es lo que requieren estas economías industrializadas.

Mientras tanto, nos olvidamos de la oportunidad de una integración y cooperación para el desarrollo de carácter regional. Porque, hay que decirlo, la Unión Europea está en crisis, pero despues de haber logrado que naciones como Portugal, España o Irlanda abandonaran el subdesarrollo. Cuatro décadas de integración europea, antes de la actual crisis, sí dejaron huella.

Tal vez sería bueno sentarnos un minuto y preguntarnos, como región: ¿para dónde vamos?

El supuesto Regionalismo Abierto pretende fortalecer la integración latinoamericana abriendo las fronteras a terceros países, a través de las aperturas económicas y los TLC, sin embargo, lo único evidente es que se ha detenido el proceso de industrialización en la mayoría de los países y se han congelado los tratados regionales como CAN y Mercosur.

El supuesto Regionalismo Abierto pretende fortalecer la integración latinoamericana abriendo las fronteras a terceros países, a través de las aperturas económicas y los TLC, sin embargo, lo único evidente es que se ha detenido el proceso de industrialización en la mayoría de los países y se han congelado los tratados regionales como CAN y Mercosur.

 

 

2 comments

  1. Martha Inés Duque Restrepo   •  

    Hola, muy interesante el artículo, me gustaría seguir recibiendo, el colombiano es un periódico excelente y con mucho contenido de temas económicos,

  2. Daniel Bonilla   •  

    Buen recorrido por lo que ha fallado y se ha logrado con proyectos de integración económica.

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