¿Habrá TLC con Estados Unidos en este 2011?

En nuestro anterior informe (¿panacea o quimera?) tratamos de darle al TLC con Estados Unidos su verdadera dimensión, ya que se han creado demasiadas expectativas (positivas y negativas) alrededor de este acuerdo.

De igual manera, el gobierno colombiano le ha dado esta semana un nuevo énfasis al tema al entrar en una etapa que pareciera ser definitiva: o hay TLC este año o las negociaciones ya no van más es, más o menos, el mensaje del presidente Santos.

Por ello, es útil reflexionar sobre las posibilidades de que el Congreso de Estados Unidos se decida a votar el TLC y si éste tiene probabilidades serias de que sea aprobado. Así que, los puntos a tener en cuenta son los siguientes:

  • Hay más posibilidades de apoyo por parte de Republicanos que de Demócratas. Pero las dos Cámaras del congreso norteamericano están divididas: una la rigen los copartidarios de Obama y la otra sus rivales,
  • Existen sectores económicos en Estados Unidos que tienen gran interés en el Tratado. Las empresas norteamericanas que maquilan en Colombia, por ejemplo, y algunos agricultores exportadores que tendrían un mercado adicional,
  • Los temas sobre derechos humanos y protección a sindicalistas son más políticos que económicos. El partido Demócrata tiene una gran base sindical y lograr que los congresistas den voto favorable al TLC está cruzado por la aprobación del movimiento obrero norteamericano,
  • El electorado hispano ha crecido en Estados Unidos. El último censo coloca a los hispanos como la minoría más grande del país con una población cercana a los cincuenta millones. Sin embargo, Colombia tampoco es el tema principal de la comunidad hispana,
  • Se ha comprobado que gran parte del electorado norteamericano asocia a los TLC con pérdida de empleos, lo que hace que su percepción en épocas de recesión sea particularmente negativa (ver gráfico)
Según este estudio, realizado por NBC News y citado por Fedesarrollo, durante la crisis de 1999 y la desaceleración económica de 2007, los norteamericanos tenían una mirada muy negativa de los TLC.

Esta combinación de factores nos lleva a un pronóstico negativo aunque moderado. El equipo políitco de Obama acaba de anunciar su deseo de presentarse a la reelección presidencial. Esto indica que, de ahora en adelante, cada paso que dé el presidente norteamericano se hará con cálculo electoral. Entre los sindicalistas y un grueso grupo de congresistas demócratas, harán pensar mucho al gobierno antes de presentar el TLC a votación.

Pero, dos hechos comienzan a jugar a favor del TLC: el desempleo en Estados Unidos comienza a ceder aunque lentamente -ha bajado del 9%-, lo que puede ir suavizando la posición negativa de los electores; de otro lado, la actitud del actual gobierno de Colombia, menos conflictiva con las otras ramas del poder público, particularmente la justicia, genera una mejor imagen frente al tema de los derechos humanos, lo que puede incidir positivamente en la postura de líderes sindicales y políticos demócratas.

APENDICE: se abren las apuestas……..mi pronóstico es negativo, no habrá TLC durante este proceso electoral en Estados Unidos. Amanecerá y veremos.

¿Se puede avanzar con la locomotora apagada?

El título de este artículo tiene una explicación muy sencilla: América Latina parece avanzar hacia la recuperación económica, pero Estados Unidos y Europa tienen economías deprimidas. ¿Es esto sostenible?

Después de la recesión viene la fase de recuperación económica. Y, eso es lo que hemos estado esperando desde mediados del 2009, luego de que las economías norteamericana y europea se desaceleraran a mediados de 2007 y se hundieran en una profunda crisis agudizada por la explosión de la burbuja de las subprime.

Pero las noticias que llegan del Norte no son muy alentadoras. Todo indica que el tibio proceso de recuperación económica comienza a enfriarse. ¿Qué es lo que pasa en el mundo que no permite que la economía mundial sane las heridas de esta profunda crisis?

Para empezar, digamos que el remedio, veces, es peor que la enfermedad: cuando los gobiernos de Bush y Obama en Estados Unidos, lo mismo que sus homólogos de Europa, detectaron la crisis, salieron al rescate de sectores y empresas que consideraban estratégicos para su economía.

La inyección de capitales a las automotrices y a la banca fue una receta que abrió otra herida, la del déficit fiscal. En consecuencia, será difícil mantener una senda de crecimiento con el boquete que se ha abierto en el camino.

Hace pocos días se celebró en Wyoming, Estados Unidos, el Simposio Anual de Política Económica Jackson Hole, al que asisten los banqueros centrales de casi todo el mundo. Y, de dicho evento, salió un halo de incertidumbre: parece que las autoridades económicas no ven recetas claras para empujar de manera definitiva la economía mundial hacia una sostenida y sostenible senda de crecimiento.

El caso es que los banqueros centrales de Europa y Norteamérica no ven claro el panorama: no hay mucho margen de maniobra con las tasas de interés, que ya han bajado bastante, y con el hueco fiscal no hay mucho que esperar en materia de gasto público.

Entonces, toman fuerza los pronósticos de una segunda recesión en menos de tres años. Y América Latina no es ajena a esta realidad. Si Estados Unidos y la Unión Europea no se recuperan, las correas de transmisión nos conectarán a la crisis: menos remesas desde España y Norteamérica, menos inversiones extranjeras y menos exportaciones hacia estos mercados.

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