Crisis en Medio Oriente y Norte de Africa: inflación y desaceleración económica a la vista

Introducción:

El Norte de África y el Medio Oriente son, de nuevo, los referentes centrales de la geopolítica global (ver mapa en EL UNIVERSAL). Los movimientos sociales y los cambios políticos que desde comienzos de febrero se han gestado en esta región del mundo, son hechos portadores de futuro que delinearán el camino de la política y economía mundial de los próximos meses. Veamos las variables críticas y sus efectos sobre la economía global. 

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¿Se puede avanzar con la locomotora apagada?

El título de este artículo tiene una explicación muy sencilla: América Latina parece avanzar hacia la recuperación económica, pero Estados Unidos y Europa tienen economías deprimidas. ¿Es esto sostenible?

Después de la recesión viene la fase de recuperación económica. Y, eso es lo que hemos estado esperando desde mediados del 2009, luego de que las economías norteamericana y europea se desaceleraran a mediados de 2007 y se hundieran en una profunda crisis agudizada por la explosión de la burbuja de las subprime.

Pero las noticias que llegan del Norte no son muy alentadoras. Todo indica que el tibio proceso de recuperación económica comienza a enfriarse. ¿Qué es lo que pasa en el mundo que no permite que la economía mundial sane las heridas de esta profunda crisis?

Para empezar, digamos que el remedio, veces, es peor que la enfermedad: cuando los gobiernos de Bush y Obama en Estados Unidos, lo mismo que sus homólogos de Europa, detectaron la crisis, salieron al rescate de sectores y empresas que consideraban estratégicos para su economía.

La inyección de capitales a las automotrices y a la banca fue una receta que abrió otra herida, la del déficit fiscal. En consecuencia, será difícil mantener una senda de crecimiento con el boquete que se ha abierto en el camino.

Hace pocos días se celebró en Wyoming, Estados Unidos, el Simposio Anual de Política Económica Jackson Hole, al que asisten los banqueros centrales de casi todo el mundo. Y, de dicho evento, salió un halo de incertidumbre: parece que las autoridades económicas no ven recetas claras para empujar de manera definitiva la economía mundial hacia una sostenida y sostenible senda de crecimiento.

El caso es que los banqueros centrales de Europa y Norteamérica no ven claro el panorama: no hay mucho margen de maniobra con las tasas de interés, que ya han bajado bastante, y con el hueco fiscal no hay mucho que esperar en materia de gasto público.

Entonces, toman fuerza los pronósticos de una segunda recesión en menos de tres años. Y América Latina no es ajena a esta realidad. Si Estados Unidos y la Unión Europea no se recuperan, las correas de transmisión nos conectarán a la crisis: menos remesas desde España y Norteamérica, menos inversiones extranjeras y menos exportaciones hacia estos mercados.