Recuerdos

Por: Isabella Correa Saraz

Cosmo School

Grado Noveno

Tallerista Valentina Areiza Ramírez

Licenciatura en Humanidades y Lengua Castellana

Universidad de San Buenaventura

“Este es un texto muy profundo que perfila a una familia que ha dado frutos gracias al gran abuelo, quien, como un árbol frondoso, los ha abrazado a todos con sus ramas. Así nos lo deja sentir Isabella en sus recuerdos claramente narrados a la luz de sus sentidos, desde el tacto hasta el olfato. La memoria de Isabella le deja pistas a esta sociedad contemporánea sobre elementos que no pueden quedar en el olvido si queremos preservar lo humano. El cambio que hace en su relato, de los recuerdos a las carticas, le da un toque muy intimista muy bello.” 

 

Recuerdo perfectamente los días en la finca de los papitos en Granada. Esos días eran cálidos, se percibía el frío y la neblina en las mañanas, pero acogía al lugar una linda sensación de calor con la familia. Apenas  me paraba iba al comedor, en donde regularmente estaban algunos primos y tíos desayunando arepa con quesito, chocolate en leche y galletas. Me dedicaba a mirar el lindo paisaje de Granada y escuchaba vagas conversaciones a mi lado, era precioso. De este ambiente hacía parte mi bisabuelo, Pedro, él casi siempre estaba con sus vaquitas, un poco untado de tierra en sus manos y con un sombrero puesto. Cuando iba al comedor para desayunar observaba como él, al igual que yo, contemplaba el paisaje, a sus nietos, bisnietos y algunos hijos que iban caminando por ahí.

El sonido de las mañanas era peculiar: el canto de algunos pajaritos, su pocillo al chocar con la mesa o tomar su chocolate, el plato y la cucharita temblando, o bueno como algunos le decíamos, con su campanita. Recuerdo muy bien nuestros saludos, “la Correíta de los Saraces”, me decía él, y yo con unas risitas respondía: -Hola pito, ¿cómo amaneció? – Las conversaciones acababan y volvía a estar con sus vaquitas o se iba al bohío donde cuidaba el sembrado de plátano, maíz y frijol.  También recuerdo como, al medio día, ponían canciones en el bafle, algunos tangos que suponía eran suyos y una que otra canción de cumbia.

En la noche eran mis momentos favoritos. Mi bisabuela Flor, mi papito Pedro, la tía Mary, algunos tíos, primos y yo jugábamos guayabita; ahí nos “pelaba” muchas veces el papito. Él siempre estaba con una buena actitud, decía: “esto es para yo, para Pedro, para Peter, para Pedro Claver”. Y si perdía seguía jugando hasta recuperarse o terminarnos de “pelar”.

También recuerdo en diciembre los abrazos suyos, su olor, con gotas dulces y de eucalipto; para mí, él olía a eso, y de alguna manera me daba paz. Para él no existía el rencor, ni la rabia. Fue un ser que brindó tanto a otros.

Papito de ti siempre había para los demás, siempre había espacio, comida y amor.  Tú eras eso, tú eras amor.

Ahora, muchas veces, me he puesto a escuchar tu canción, Vive, de José María Napoleón, tu ley de vida. No hay nada que te describa mejor que esa canción. Tu viviste hasta el final, obtuviste todo lo que buscabas y nos dejaste un enorme legado de amor hacia los demás. También te quiero decir que tu canción favorita se convirtió en la mía, en un himno de completo amor y enseñanza, yo sé que conseguiste lo que amabas y yo lo haré en honor a ti.

Papito tú eres mucho. Eres un recuerdo, un olor, un abrazo, un beso, una canción, una experiencia, una sensación. Tú eres y seguirás siendo alguien excepcional. Sé que te fuiste feliz, sé que estás satisfecho por todo lo que lograste, todo lo que conseguiste y todo lo que dejaste, sabes que ocupas un gran lugar en muchos corazones.

Carticas

8 de octubre de 2022 / 7:45 pm

Papito hola soy Isa, la Correíta de los Saraces, sé que estás muy débil y sé que estás poniendo mucho de tu parte; pero, por favor, te pido, espérame hasta mañana, tengo un plan para entrar con una prima a la sala donde estás internado, dame sólo unas horas, sé que, aunque no pueda, voy a verte una última vez.

8 de octubre / 9:50 pm

Pito, creí que estaba a tiempo y que me ibas a esperar un poco más, las palabras no caben para describir este dolor del alma que estoy llevando. Me sorprende ver a la mamita Flor y que sea tan fuerte, más fuerte que la mayoría de nosotros, algo me dice que esos abrazos que se dieron en el hospital jamás los olvidará.

8 de octubre/ 10: 30 pm

Me despedí de ti, de tu ser físico. Me derrumbé y vi derrumbarse a muchos, no te quería dejar, no quería irme de tu lado, me aferré a tu cuerpo de una manera que no había hecho nunca; besé tu frente y tus mejillas, mientras pasaba los deditos por el resto de tu cara ahora un poco fría. Me consolaron por un rato unas caricias de algunos primos que estaban a mi lado, pero nada quitaba la tristeza que sentía al reconocer que no volverás a estar.

8 de octubre/ 11:25 pm

Pitico, vimos una estrella, la única que había en el cielo esa noche, desde ahí asumí que eras tú mostrándonos tu luz, esa que jamás se apagará.

9 de octubre/ 10:50 am

Estaba en tu velorio, si te soy sincera estaba consciente de que la muerte iba a llegar, pero nunca pensé que fuera en este momento. Mientras estaba en un limbo mental veía a toda la familia, conocidos y amigos, y aun así seguía sorprendida, ¿mi Papito no era para siempre? Veía a varios llorar, otros cuidar a la mamita Flor, algunos caminando por la sala de velación y otros sentados, supongo que al igual que yo, asimilado un poco las cosas.

9 de octubre/ 11:45 am

Mientras llorábamos, todos hacíamos oraciones y cantábamos para ti; toda la familia estaba abrazada y con el corazón en la boca. Juro que jamás había sentido tanto una canción, escuchaba atentamente las letras, la melancolía y la tristeza me ganaban.

9 de octubre/ 2:30 pm

Me dediqué a llorar en tu ataúd, no tenía la fortaleza para pararme y salir, sabía que esa era la última vez que te iba a poder ver y “sentir” así de cerca. No me da pena parecer la típica Magdalena tirada a tu lado, sin algo más por hacer que llorar, esa era mi forma de pasar mi duelo y también sabía que era la última vez que lo podía hacer, desde ese momento tenía que ser fuerte para la mamita, mi mamá y el resto de familia más cercana. Así que me quedé ahí hasta que te sacaron para ir a la iglesia.

9 de octubre/ 3:00 pm

La misa. Fue un momento doloroso, escuchaba palabras, cartas hacia ti, hacia la familia, escuchaba a personas diciendo que jamás habían conocido una familia tan unida y por ello nos felicitaron. Ahí me quedé yo; en ese comentario tan lindo que le dio gotas de calidez a mi corazón, eso fue una de las muchas cosas que dejaste, una familia increíblemente unida, por eso también te admiro.

9 de octubre/ 4:50 pm

La cremación.

Estaba rodeada de familia, claramente llorando aún, quería permanecer fuerte con la mamita Flor, pero no podía, no tenía ese grado de fuerza en mí, solo podía abrazar a los que estaban a mi lado  y llorar los pocos momentos que quedaban contigo ahí. Toqué por última vez el ataúd y te llevaron a ese horno que, en tan pocos minutos, múltiples sensaciones me hizo sentir. Cuando tuvimos que salir, pude ver como muchos familiares prácticamente morían en vida, y solo pensaba en la falta que nos vas a hacer Peter.

9 de octubre/ 8:45 pm

Te vi, miré al cielo y pude ver cómo la estrella a la que llamé con tu nombre estaba ahí, intacta, y de alguna manera sabía que esa era tu presencia. Y por varias horas lloré y lloré.

10 de octubre

Todos seguíamos devastados, no hacíamos mucho más aparte de lo esencial, y llorar; llegó la hora de la novena y todos junticos nos acompañamos. Fue un día muy poco movido, pero el cansancio se palpaba en el aire, recordé cuando estabas en la clínica y la tía Mary estaba hospitalizada, una semana antes de tu muerte, era todo un caos, la tía estaba muy mal y ,como tú también lo estabas, todos tus hijos querían estar contigo y darte un último adiós. Tocaba turnarse para los cuidados y nadie dejaba solo a nadie, creo que eso me enseñó a valorar todo lo que nosotros como familia pudimos hacer.

Nuevamente vi tu estrella, solo tengo la certeza de que estás ahí.

12 de octubre

Fuimos temprano a Granada, a tu adorada finquita. Esa llegada fue especialmente dolorosa, todos pudimos sentir como faltabas tú, y eso nos partía en varios pedazos el alma.

Decidimos con la mamita Flor que tu lugar era la finca, ya que siempre animabas los fines de semana para poder ir y disfrutar allá. Así que hicimos un huequito en el jardín de la finca y pusimos tus cenizas ahí, pues todos sabíamos que te sentirías libre y era donde merecías estar.

Semana del 16 al 22 de octubre

Sin mentirte ha sido muy complicada tu partida, mientras más tiempo va corriendo, más vamos extrañando tu juguetona y hermosa presencia; y tengo una que otra cosa por decirte:

La primera, es que tu canción favorita se convirtió en la mía, en un himno de enseñanza y amor. Viviré mi vida intensamente como lo hacías tú, y en honor a ti voy a cumplir mis sueños.

La segunda, es que, en cada corazón, de cada hijo, nieto o bisnieto vas a estar y vas a permanecer por siempre. Sé que jamás serás olvidado.

La tercera, es que entre nosotros dos quedó pendiente el último juego de dominó, ese que tanto nos gustaba jugar; acuérdate pues que a mí nadie me gana en ese juego y me debes una, porque en la anterior quedaste ganando.

Vive 

José María Napoleón
https://www.youtube.com/watch?v=CMHcWIqGH2g

Nada te llevarás cuando te marches

Cuando se acerque el día de tu final

Vive feliz ahora mientras puedes

Tal vez mañana no tengas tiempo

Para sentirte despertar.

Siente correr la sangre por tus venas

Siembra tu tierra y ponte a trabajar

Deja volar libre tu pensamiento

Deja el rencor para otro tiempo

Y echa tu barca a navegar.

Abre tus brazos fuertes a la vida

No dejes nada a la deriva

Del cielo nada te caerá;

Trata de ser feliz con lo que tienes

Vive la vida intensamente

Luchando lo conseguirás.

Y cuando llegue al fin tu despedida

Seguro es que feliz sonreirás

Por haber conseguido lo que amabas

Por encontrar lo que buscabas

Porque viviste hasta el final.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>