LA MASACRE que se ha quedado en el silencio

La masacre de siete personas debería ser objeto de un repudio constante de la sociedad, máxime si entre las víctimas hay una niña.

Pero el pasado 7 de julio sucedió este crimen en el lejano municipio de Uramita, y el clamor público de justicia y las condenas de las autoridades a esos actos apenas duraron un día.

En esta camioneta fueron trasladados los siete cuerpos, recogidos en la vereda El Chupadero.

En esta camioneta fueron trasladados los siete cuerpos, recogidos en la vereda El Chupadero.

 

Esta tragedia comenzó a develarse el lunes 5 de julio, con la desaparición en ese municipio de Orledy Alberto Úsuga Higuita. Al día siguiente, su cadáver fue encontrado dentro de bolsas, arrojado a la orilla de una carretera.

La situación llevó a que varias personas, amigas y allegadas del difunto, se desplazaran desde Medellín hasta aquel municipio del occidente Antioqueño. El grupo de más de 10 personas asistió a la velación en el corregimiento Juntas y a las 6:30 p.m. regresaban hacia el casco urbano en un taxi Hyundai y un campero Mitsubishi.

Así quedó volcado el taxi, después de la explosión en la carretera.

Así quedó volcado el taxi, después de la explosión en la carretera.

De súbito, fueron emboscados por un comando armado en la vereda El Chupadero. La explosión de un artefacto aún no precisado, provocó el volcamiento del taxi. Según las autoridades, ahí pereció la primera víctima: Yarilyn, una niña de dos años, quien no sobrevivió al impacto.

Los agresores, con pistolas y fusiles,  abrieron fuego contra los vehículos y, una vez no hubo movimientos en su interior, se aproximaron y remataron a algunos ocupantes. Los demás muertos fueron Leocardo Alcaraz David, padre de la pequeña; Luis Fernán Carmona Orozco, de 32 años; Hugo Ferney Tuberquia Graciano, de 23; Édison Alcaraz David, de 32; Carlos Mario Orozco Cardona, de 27; y Luz Alcaraz David, de 34.

Sobrevivieron a la masacre un bebé de 18 meses, dos menores de 12 y 15 años edad y cinco adultos (dos heridos), siendo uno de ellos una joven embarazada. Fue esta mujer, en estado de shock, quien llegó corriendo al pueblo y avisó de lo ocurrido.

Los círculos rojos señalan varios de los impactos que quedaron en el Mitsubishi, prueba de un ataque indiscriminado.

Los círculos rojos señalan varios de los impactos que quedaron en el Mitsubishi, prueba de un ataque indiscriminado.

Cuando arribaron los policías, encontraron un panorama desolador, de carros llenos de agujeros y cuerpos apilados en el interior. Testimonio de eso, son las imágenes inéditas que presento en este artículo, una de ellas editada por su crueldad.

Al principio de este escrito, decía que la matanza pasó muy pronto del escándalo al silencio. En efecto, apenas una semana antes había ocurrido la masacre de ocho personas en un bar de Envigado y la opinión pública seguía pendiente de ese caso.

Hasta el presidente de la República, Álvaro Uribe, se presentó para rechazar ese acto violento y  exigirle a la Fuerza Pública resultados. Se anunciaron refuerzos policiales, recompensas, hubo protestas, marchas de familiares, del gremio comercial y mucho más.

Con el incidente de Uramita, fue distinto, noticia de dos días y nada más. A la mañana siguiente hubo un consejo de seguridad extraordinario con autoridades regionales, se incrementó la vigilancia en la vía y se anunció el pago de hasta 100 millones para quien ayude a esclarecer lo sucedido.

PERO, ¿EN QUÉ VA EL CASO?

El secretario de Gobierno de Antioquia, Andrés Julián Rendón, declaró que el ataque se debió a “una retaliación entre bandas criminales al servicio del narcotráfico”.

Los investigadores no descartan que el homicidio de Orledy Úsuga haya sido la carnada para llevar a las víctimas hacia Uramita, donde asistieron al velorio.

Otra hipótesis sugiere, en cambio, que los atacaron porque simplemente los vieron sospechosos, desconocidos de la zona andando en caravana y en vehículos con placas de Medellín. Un riesgo que no debe correrse en una zona de guerra entre grupos armados como ‘Los Paisas’, ‘Los Urabeños’ y ‘Los Rastrojos’.

Ha pasado más de un mes y las indagaciones avanzan, pero todavía no hay responsables capturados. Una crimen así, merece que las autoridades le den prioridad y no lo olviden, merece respuestas rápidas.

NOTA RELACIONADA: LA MATANZA que nos regresó al pasado

El Inspector.

6 comments

  1. Augusto   •  

    PURO CENTRALISMO, A LO DE ENVIGADO SE LE HIZO TODA LA BULLA.
    DE ESTO APENAS ME ENTERO.
    Y ESA FRASE “VENGANZAS ENTRE BANDAS” ME TIENE HARTO. CON ESO QUIEREN TAPAR TODO.
    ¿QUÉ PASA, RAMOS? USTED COMO GOBERNADOR ES EL PRIMERO EN AFRONTAR ESTE DOLOROSO ASUNTO.

  2. La maca   •  

    Estoy totalmente de acuerdo con Augusto, estamos hartos que todo sea por problemas entre bandas, sin investigar a fondo si es cierto o no y acabando muchas veces con la reputación de las personas inocentes y ajenas al conflicto.
    En este caso hay varios menores involucrados….acaso la vida de estas personas vale menos que la de otros casos?

  3. jesus   •  

    Es increíble q aún sigamos con esta violencia, igual que hace 20 años.

  4. Nonbeliever   •  

    Así veo muy difícil que este país levante cabeza en materia económica algún día; al contrario, se irá encogiendo de a poco. Todos estos delincuentes que son una ruina mucho peor que lo que han venido siendo, causan un fortísimo impacto negativo al dibujar fronteras invisibles y adueñarse de “territorios” afectando la movilidad, y eso que no agregamos la pérdida en cuanto a fuerza laboral: unos por querer ser pillos, se meten a la vida fácil sin trabajar ni producir pero quitándole a los que sí trabajan; y otros que son los que caen víctimas de estos facinerosos. En resumen, el crimen no solo genera ruina social sino ruina económica, porque restringe la movilidad con su territorialismo (que se ve en el campo y en la ciudad) y ahogan la actividad económica al sumar bandidos y gente de la vida fácil a sus filas, mermando hasta con asesinatos a los que sí quieren trabajar.

  5. ananias   •  

    La Policía sabe quiénes fueron, los del área, corruptos.

  6. faber aguirre puerta   •  

    hay esta reflejado la impunidad en colombia que tristeza.sera que no hay nadie que le ponga mano en este asunto

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