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Colombia sumó 91.769 casos de covid-19 confirmados en todo el territorio nacional, y superó las 3.000 muertes al registrar 3.106 decesos. Con estas cifras el país supera a China en contagios (allá hay 84.745 casos), primer epicentro de la pandemia, y aún no se llega al pico de contagio, tal como alertan los epidemiólogos: para eso falta.
En Bogotá la situación es crítica, la alcaldesa Claudia López señaló el sábado que la capital deberá prepararse para regresar a una cuarentena estricta, como la realizada en el mes de marzo, en el caso en el que se amplíe la ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos.
La declaración se convertirá en solicitud cuando estas unidades lleguen a un 75 % de ocupación, cifra que a corte de hoy se encuentra en 69,9 %. En este sentido, expresó que si la disponibilidad de UCI creciera a la par de la pandemia, todo iría bien, pero no ocurre.
El ministro de Salud, Fernando Ruiz, le envió una carta a López en la que le explica que el Gobierno Nacional sí ha realizado inversiones para mejorar la disponibilidad de ventiladores en la capital, y le presentó un cronograma según el cual en junio se entregaron 130 de estos equipos, en agosto se entregarán 250 y 45 más en septiembre.
Sin embargo, los cálculos de la administración local señalan que asumiendo una tendencia conservadora de aumento de los casos, y para evitar llegar a la alerta roja (75 %), serían necesarios 1.141 ventiladores nuevos, cifra que está muy lejos de alcanzarse. Actualmente hay 911 destinados a pacientes con covid-19.
De momento, señaló que habrá especial a Bosa, Kennedy y Ciudad Bolívar, donde hay 677.151 habitantes con 1.662 casos confirmados. En esas localidades la cuarentena estricta funcionará inicialmente por 14 días. También se cerraron tres estaciones de Transmilenio.
López explicó que “el crecimiento en los casos no es culpa de los ciudadanos sino producto de la reapertura”. De acuerdo con la información de la que dispone el Distrito, los ciudadanos cumplen con la disposición de la utilización del tapabocas en un 92 %, pero salen de sus casas porque con la apertura económica deben ir a trabajar.
Hoy se radicará una nueva propuesta de decreto ante el Ministerio del Interior, entre la que se incluye que en los próximos días sin IVA solamente se haga válido el descuento en las operaciones virtuales.
Zulma Cucunubá, es una de las epidemiólogas más importantes del país, vinculada al Imperial College de Londres, viene ayudando con pedagogía sobre la necesidad de adaptar la vida cotidiana a la pandemia.
“La supresión parece una alternativa de sólo países ricos. Pienso que América Latina debería analizar y pensar la posibilidad, costos y escenarios posibles de supresión. La supresión es muy costosa para nuestros países, pero tal vez la mitigación lo es más”, dice.
De acuerdo con su explicación, la supresión requiere distanciamiento, testeo a alto nivel (cientos de veces más de lo que hay hoy), rastreo y seguimiento de contactos estricto. Un “ejército” de rastreadores. Y a veces, cuando es necesario, cuarentena, con el objetivo de que cada día los nuevos contagios desciendan. Mientras que en el modelo actual lo que se requiere es aumentar la capacidad de UCI, cuando esta se supera se vuelve a cuarentena.
Por su parte, Julián Fernández, doctor en Epidemiología y profesor de la Universidad del Norte, asegura que “a mediano plazo se necesita una nueva arquitectura de la vida cotidiana, la economía, la vida social y laboral que permita una vida digna, feliz, divertida, económicamente productiva, manteniendo baja la transmisión. No es fácil”.