Se terminó el miedo por la posible caída de un cohete chino en Bogotá. Después de que se especulara por la posible caída del elemento de 20 toneladas en la capital, se confirmó que los restos del cohete tuvieron como destino el océano Índico.
“Yakarta, Dhaka, Ciudad de México, Bogotá y Lagos tienen al menos tres veces más probabilidades que Washington DC, Nueva York, Beijing y Moscú de que el cuerpo de cohete vuelva a entrar sobre ellos, sobre la base de la población actual de cuerpos de cohetes en órbita”, había señalado la Agencia Europea de Seguridad Aérea.
Esta probabilidad quedó descartada este sábado 30 de julio cuando se confirmó que el cohete de origen chino –el Long March 5B– calló sobre el océano Índico. El elemento espacial había despegado desde la isla de Hainan para transportar un módulo que abastecería la estación espacial de China.
El Comando del Espacio de los Estados Unidos confirmó que el elemento reingresó a la tierra hacia las 10:45 de la mañana de este sábado. La autoridad adelantó que entregaría un informe sobre los “aspectos técnicos del reingreso, como la posible dispersión de escombros y la ubicación del impacto”.
La presencia del cohete asiático en el espacio generó malestar en la comunidad internacional.
“Todas las naciones que realizan actividades espaciales deben seguir las mejores prácticas establecidas y hacer su parte para compartir este tipo de información con anticipación para permitir predicciones confiables del riesgo potencial de impacto de escombros”, denunció el administrador de la Nasa, Bill Nelson.
En redes sociales se publicaron videos del reingreso del cohete a la tierra este fin de semana. Según los reportes, el elemento ingresó cerca a Malasia.
Jorge Lomba, jefe del departamento de Espacio del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) español, explicó que lo más seguro es que el cohete se haya desintegrado antes de impactar con la tierra.