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El plan para sacar 33.000 policías más a las calles
Según el Gobierno, de esa cifra, 21.000 corresponderán a nuevos agentes. Expertos analizan si esta estrategia sirve o no para combatir la criminalidad.
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La estrategia Segmentos por la vida, que busca la incorporación de uniformados para fortalecer la seguridad, fue anunciada este martes por el ministro de Defensa, Diego Molano, y el director de la Policía Nacional, el general Jorge Luis Vargas. FOTO cortesía
El ministro de Defensa, Diego Molano, anunció ayer en una rueda de prensa en Bogotá la incorporación de 33.000 policías para fortalecer la seguridad ciudadana: 21.000 llegarán en 2021 y 2022, mientras 7.000 uniformados saldrán de las oficinas a las calles. Además, 5.000 que se graduarán este año pasarán inmediatamente a prestar labores de vigilancia e investigación criminal.
“Le habíamos pedido al general (Jorge Luis) Vargas que nos planteara una estrategia para colocar más policías en las calles para garantizar la seguridad de los colombianos. Y esta iniciativa permitirá que se fortalezca esa presencia, tener además mayor incoporación de nuevos hombres y sacar más policías de las oficinas a las calles”, explicó Molano, quien también pidió un esfuerzo conjunto por parte de las alcaldías muncipales.
Luego de la intervención del ministro, el director de la Policía Nacional, el general Jorge Luis Vargas, comenzó a explicar de dónde van a salir los 33.000 uniformados que estarán dedicados a tareas exclusivas de seguridad ciudadana en 960 microterritorios de todo el país, donde se concentra la mayor cantidad de delitos, en particular homicidios y lesiones personales.
“Con este objetivo, para este año se tiene prevista la incorporación de 10.500 policías que irán a las calles del país, lo que representa un aumento de 4.000 uniformados más de los que estaban proyectados, y para el 2022 ingresarán otros 10.500 para un total de 21.000, que tienen la misión de garantizar mayor seguridad y mejorar las condiciones de convivencia”, explicó Vargas.
El oficial aseguró, además, que de los 5.000 policías que se graduarán este año como patrulleros y subtenientes, 1.500 pasarán a fortalecer el pie de fuerza en Bogotá, específicamente destinados a labores de investigación criminal.
Adicionalmente, indicó que 7.000 integrantes de la Policía, que actualmente desempeñan funciones administrativas en oficinas, como operadores del Centro Automático de Despacho (CAD) o encargados del archivo de documentos, entre otros, serán enviados a las calles a cumplir labores de vigilancia. “La Policía iniciará este plan con 1.000 de ellos y los 6.000 restantes se coordinarán con los alcaldes del país”, explicó el oficial.
En cuanto a los auxiliares de Policía, Vargas agregó que actualmente son más de 9.000 hombres y mujeres, por lo que se incrementarán en 15.000 este año para un total de 24.000, gracias a un plan de trabajo que se adelantará también con las alcaldías.
Por otra parte, el director de la Policía agregó que se dará inicio a la implementación del plan de transición de los policías de tránsito para que se incorporen al nuevo modelo de vigilancia en las mismas jurisdicciones en las que actualmente desempeñan su labor. “Estos uniformados serán reemplazados por funcionarios que dependen de las administraciones municipales”, confirmó el oficial.
Finalmente, el jefe de la cartera de Defensa anunció que, dentro de un plan especial de becas, de manera articulada con los alcaldes de las ciudades capitales, se trabajará en el financiamiento de los costos de la formación de policías en las escuelas de la institución, quienes prestarán su servicio en las mismas áreas metropolitanas.
¿Sirve esta estrategia?
Daniel Mejía Londoño, exsecretario de Seguridad de Bogotá en la alcaldía de Enrique Peñalosa, calificó de positivo el anuncio y aseguró que hay un déficit estructural del pie de fuerza en diferentes ciudades del país.
“Es positivo que haya la voluntad política y presupuestal y que esta incorporación se haga rápido para suplir el déficit que es más fuerte en algunas ciudades del país. Por ejemplo, en Bogotá hay 234 policías por cada 100.000 habitantes, mientras en Bucaramanga 680, casi el triple, y esto es una disparidad enorme. Mientras el promedio nacional es de 354. Eso hay que corregirlo y darle más policías a las ciudades para suplir las brechas de pie de fuerza. También hay que pensar en redistribuirlos para hacer más equitativa esa repartición del pie de fuerza”, expresó Mejía.
Contrario a esto piensa Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios de Seguridad y Paz, quien argumenta que esta clase de mensajes solo buscan mejorar la percepción de seguridad de los ciudadanos cuando por estos días se está en números rojos.
“La última encuesta de la Cámara de Comercio de Bogotá marcó un ascenso del 15% en percepción de inseguridad y llegó al 76% de los encuestados que se sienten inseguros. La pandemia fue un factor de riesgo a mayor desempleo y pobreza, mayor inseguridad. Y aunque el año pasado las administraciones sacaron indicadores a la baja, ahora tenemos un efecto búmeran con cifras más altas de inseguridad. Con esto, había que hacer algo que generara una percepción más positiva”, concluyó
7.000
de los 33.000 policías que estarán vigilando son agentes que hoy trabajan en oficinas.
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