Desde la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova, donde se celebró la ceremonia de reconocimiento de tropas al mayor general Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda, como nuevo Comandante del Ejército, este le envió un mensaje al futbolista Juan Fernando Quintero.
“Me uno al sentimiento y al dolor de la familia Quintero, decirle a Juan Fernando que también lo respeto, que eres nuestro ídolo futbolista y que las puertas de mi comando en el Ejército estarán abiertas para ti y tu familia”, dijo el nuevo comandante.
Esto después de que el futbolista expresara a través de su cuenta de twitter su exigencia sobre la verdad de lo ocurrido con su padre, Jaime Enrique Quintero Cano, militar desaparecido hace 24 años.
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La historia
Jaime Enrique se desempeñaba como futbolista, jugó en el Atlético Nacional y Deportivo Itagüí, sus compañeros lo recuerdan como una persona respetuosa de los reglamentos, disciplinado y buen amigo. El primero de marzo de 1995, el futbolista se acercó a la IV Brigada en Medellín para definir su situación militar.
Quintero Cano pasó los exámenes, de inmediato fue integrado a las Fuerzas Militares, específicamente en el segundo Contingente de 1995, perteneciente al Batallón de Infantería número 31, llamado “Voltígeros”, en Urabá.
Un día después, el futbolista se comunicó con su familia para darles la noticia de que, de inmediato, sería trasladado vía aérea al batallón en Urabá. Esta fue la última vez que el padre de ocho hijos habló con su familia.
La angustia comenzó cuando, luego de ese día, los familiares de Quintero Cano intentaron comunicarse, sin éxito, con él. Luego de varios intentos infructuosos, la familia se enteró de que Jaime Enrique sería devuelto a Medellín por un altercado que tuvo con el entonces capitán, Eduardo Zapateiro Altamiranda, hoy nuevo comandante asignado del Ejército Nacional.
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Para su regreso a Medellín, Quintero Cano fue enviado en un bus intermunicipal. Los militares dan cuenta de que Quintero Cano abordó el vehículo. Sin embargo, nunca llegó a su destino y desde entonces su familia reclama conocer su paradero.
Por eso, los familiares procedieron a interponer una demanda a la Nación (específicamente contra el Ministerio de Defensa - Ejército), para recibir una reparación directa, solicitando que les fuera reconocido el pago de perjuicios morales y materiales.
Para la familia Quintero, la institución castrense incurrió en una “omisión en el cumplimiento de las obligaciones legales, como quiera que conllevó a que la vida de Jaime Enrique Quintero se pusiera en peligro”, se lee en la providencia que emitió el Tribunal Administrativo de Antioquia, el cual negó todas las pretensiones de la familia en 2001.