Detrás de la máscara y el fusil, las autoridades identificaron a un viejo conocido de la justicia con un prontuario por extorsión y narcotráfico
Un aterrador video de un hombre disparando un fusil al aire mientras llevaba puesta una máscara similar a las usadas en Europa durante la peste bubónica —un símbolo de muerte de hace más de cuatro siglos— encendió las alarmas en el norte de Bogotá.
Horas después, la Policía Metropolitana confirmó la captura del responsable y reveló que no se trataba de un desconocido para la justicia: uno de los detenidos tiene un amplio prontuario criminal que incluye extorsión, porte ilegal de armas y delitos relacionados con narcotráfico.
El operativo se desarrolló en el barrio Canaima, en la localidad de Usaquén, luego de que residentes escucharan varias detonaciones y alertaran al cuadrante.
Según las autoridades, dos hombres intentaron huir a bordo de un vehículo, pero fueron interceptados en la Calle 195 con Carrera 20. En el carro hallaron un fusil calibre 5.56, un proveedor, cinco cartuchos y la inquietante máscara.
Los capturados fueron identificados como Carlos Guillermo Contreras Ramírez, de 39 años, y Alexander Ega Colina Velazco, de 19. La unidad investigativa de El Tiempo estableció que Contreras es el hombre con antecedentes, y su historial revela vínculos con una estructura criminal de cobro de deudas.
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La Fiscalía desempolvó el expediente que lo relaciona con una violenta extorsión cometida hace más de una década. En 2013, Contreras trabajaba para la llamada “oficina de cobro de Cali” y participó en las presiones contra un empresario minero en Boyacá. Exigían 1.200 millones de pesos bajo amenazas directas contra él y su familia.
Según el documento judicial, tres hombres llegaron hasta la oficina de la víctima en Socotá, lo intimidaron y le advirtieron que volverían si no entregaba el dinero.
Las exigencias continuaron con montos de 200 millones y luego 20 millones como adelanto. La familia del empresario también fue hostigada cuando los extorsionistas buscaban ubicarlo.
Contreras fue capturado en flagrancia junto a otros dos involucrados y terminó aceptando cargos por extorsión agravada, porte ilegal de armas y hurto calificado. En 2015, fue condenado a 7 años y 5 meses de prisión por el Juzgado Único Penal del Circuito Especializado de Santa Rosa de Viterbo.
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Ahora, nuevamente en manos de la Policía, Contreras deberá responder por tráfico, fabricación o porte de armas de fuego, el mismo delito que le imputaron a su acompañante. Las autoridades buscan establecer si ambos están ligados a alguna organización criminal activa en Bogotá.
Durante el operativo más reciente, el teniente coronel Ricardo Cháves, comandante de la Estación de Policía de Usaquén, destacó el riesgo que representaba el arma incautada:
“Uno de ellos tenía en su poder un arma de largo alcance tipo fusil calibre 5.56. Dentro del vehículo se halló una máscara con características especiales, y se pretende verificar para qué fin era utilizada”, señaló.
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