“Otoniel necesita personal muy cercano a él que le maneje las finanzas, y no pueden ser los amigos, porque en el mundo de la delincuencia no hay amigos- dijo el fiscal tercero de la Dirección contra el Crimen Organizado, apretando los papeles con las pruebas -. Confió en su esposa Blanca, y ella recurrió a sus parientes cercanos. Esos bienes comprados por Blanca y Martha son los que ‘Otoniel’ pretenderá disfrutar cuando se desmovilice y salga, porque él no está sufriendo en el monte, él está disfrutando de los lujos”.
Apretujados en el banquillo de los acusados, los cuatro detenidos negaban con la cabeza esas imputaciones, y detrás de ellos, en una sala de audiencias del Palacio de Justicia de Medellín, sus familiares se aferraban a oraciones silenciosas.
Los comparecientes eran Martha Madrid Benjumea, comerciante, madre de dos hijos y cuñada del líder de la banda “los Urabeños”, Dairo Úsuga, alias “Otoniel”; su amiga y secretaria Lady Guzmán Soto, ama de casa y mamá de dos niños; y los pastores anglicanos Orlando Arce Ortiz y Jorge Mercedes Cedeño, oriundo de República Dominicana.
Estaban allí sentados porque las autoridades los señalan de integrar una célula encargada de administrar dineros ilícitos y adelantar gestiones políticas para favorecer los intereses de la banda.
En la audiencia del pasado martes, el fiscal presentó audio tras audio de las interceptaciones telefónicas que sustentaron los arrestos, advirtiéndoles a los imputados: “ustedes son los encargados de darle legalidad, a través de los bienes, a la plata que viene de los muertos y las extorsiones que hace la organización. Ustedes no mataban, pero lavaban la plata”.
El flujo de capitales
Al frente de esta red, según las pesquisas judiciales, estaría Blanca Madrid Benjumea, la cónyuge de “Otoniel”, quien pernocta en la cárcel de Jamundí desde su arresto el 3 de febrero. Con ella cayeron su otra hermana María Isabel Madrid y el esposo y suegro de esta: Orlando Pérez Jr. y Orlando Pérez, padre.
Los expedientes señalan que se asociaron con varios pastores anglicanos, agrupados en la Organización de Paz Colombiana (OPC), una Ong registrada en Barranquilla, con oficina en Quibdó (Chocó) y lazos en Turbo y Medellín. Su presidente es Orlando Arce, llamado “el Obispo”.
Los religiosos recibían el dinero de los familiares de Úsuga y, haciéndolo pasar por donaciones de feligreses, lo enviaban a República Dominicana con el pastor Jorge Mercedes o por giro internacional.
La Policía documentó transacciones por al menos $750 millones en 2014, que la organización movía por giros nacionales, cuentas de ahorro y corrientes y correos humanos entre Urabá, Medellín y Rionegro (Antioquia).
En la nación centroamericana la plata era recibida por alias “Juan Carlos” y el pastor Eliseo Mercedes Rodríguez (“Willy”), quienes comprarían chalets, carros de gama alta y apartamentos en la playa, según los catálogos referidos por Blanca y Martha.
En dos oportunidades los anglicanos fueron detenidos con gruesas sumas encima. El 23/5/14 la Policía paró al pastor Eliseo con $79 millones en Laureles, y el 22/9/14 al pastor Jorge con $300 millones en El Poblado. En ambas ocasiones salieron airosos, argumentando que era la plata de las limosnas.
“En utilización de la palabra del Señor, los pastores le daban la bendición a ese dinero lleno de sangre para comprar las propiedades de la banda”, dijo el fiscal.
La función de los religiosos iba más allá, pues brindaban asesoría técnica al ala política de esa mafia y pretendían afiliar a Blanca, María Isabel y Jorge Pérez Jr. a la OPC, para hacerlos pasar como defensores de DD.HH. y ayudar en su defensa judicial.
Por eso cobraron $72 millones, aunque no lo cumplieron en tu totalidad. Así como la banda veía en ellos una opción para blanquear dinero, los pastores tomaron a “los Urabeños” de chequera y en unas grabaciones se referían a ellos como “la vieja traqueta que tiene a la mamá enferma en Medellín”.
“La menuda”
La intermediaria entre los místicos y las hermanas Madrid era Lady Guzmán, quien en varias conversaciones se hizo pasar por Martha.
Por eso cuando Jorge y Eliseo fueron detenidos con el dinero, llamaron primero a Lady, quien les advertía que por nada del mundo podían mencionar la procedencia de los billetes y les ordenaba argumentar que eran donaciones. “Si a mí me dio la gana de regalarles esa plata, ¿cuál es el problema? Ahí no hay nada malo, me parece un atropello”, le recriminó la mujer por teléfono a uno de los policías que los condujo a la estación.
El ente acusador presentó evidencias sobre la compra de camionetas, dos motos y una cuatrimoto a nombre de Lady y Martha, que terminaron presuntamente en poder de la facción para movilizarse en Urabá. De hecho, se llegó a negociar la compra de una ambulancia para transportar con sigilo a “Otoniel” por la calle.
Contra este cabecilla se desarrolla la Operación Agamenón, el esfuerzo policial más grande de los últimos tiempos contra un narcotraficante. Son 1.200 uniformados enfocados en la subregión de Urabá, tratando de darle cacería hace cuatro meses. En reuniones con Lady y Martha, Blanca les manifestó su preocupación por el tema, al tiempo que les dio instrucciones de su marido sobre cómo invertir.
Pese a este flujo de bienes y capitales, el fiscal indicó a los detenidos que “a comparación del dinero total que maneja la organización, ustedes manejaban era la menuda”.
Los pastores Jorge y Orlando aceptaron en el juzgado el cargo por concierto para delinquir agravado. “El Obispo” hizo la salvedad de que aceptó la culpa “porque es penoso para mis hijos que me vean en televisión, pero fue una labor de derechos humanos que estaba haciendo”.
Las mujeres rechazaron el concierto para delinquir y el cargo de financiación del terrorismo, que también les endilgaron. Su abogado Alejandro Barreiro replicó que no había pruebas sólidas para tales imputaciones ni para conducir a sus defendidas a la cárcel El Pedregal, como en efecto sucedió.
“Puntualmente, ¿cuál es la peligrosidad de mis clientas para la comunidad? Eso no se argumentó de forma precisa y va en contra del principio de inocencia. ¿Es solo por ser familiares de un señor pretendido por la justicia?”, se cuestionó el defensor.
Barreiro afirmó que presentará una solicitud para revocar la medida de aseguramiento intramural determinada por el juzgado. Lo mismo había hecho la defensa de Blanca y María Isabel, quien está embarazada. Dicho trámite está pendiente del fallo.
Al concluir la diligencia judicial, Lady Guzmán, que había permanecido tranquila todo el tiempo, estalló en llanto y sintió deseos de vomitar. Sus allegados la rodearon, mientras ella decía “¡ese fiscal es malo, mamá, yo no tengo ni con qué pagar los servicios!”.
La Policía documentó transacciones por al menos $750 millones en 2014, que la organización movía por giros nacionales, cuentas de ahorro y corrientes y correos humanos entre Urabá, Medellín y Rionegro (Antioquia). FOTO ARCHIVO-COLPRENSA
2.550
integrantes tendrían “los Urabeños”, según la Fiscalía. Su red se extiende por 17 departamentos de Colombia.
$72
millones recibieron los pastores para gestionar la afiliación de tres “urabeños” a una Ong de DD.HH.
alejandro barreiro, abogado de las detenidas Martha Madrid y Lady Guzmán
