Quienes viven en municipios aledaños al volcán Nevado del Ruiz en los departamentos de Caldas y Tolima, se sorprendieron y a la vez se asustaron en la noche de este miércoles al observar una densa nube de humo que minutos después comenzó a teñirse de un color rojo, lo que hacía pensar en una erupción en el cráter Arenas.
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Las imágenes empezaron a circular en redes sociales y muchos empezaron a especular sobre el estado del nevado, que si había entrado en erupción o era expulsión de ceniza. Ante tanta duda, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) tuvo que aclarar lo sucedido en uno de los volcanes más activos del país.
La entidad, que monitorea los cambios en el comportamiento del volcán, explicó que lo observado corresponde, simplemente, a “una coincidencia natural”.
El SGC indicó que tras recibir varios reportes ciudadanos, “nuestros expertos revisaron las cámaras de monitoreo y confirmaron que, entre las 6:45 y 7:15 de la noche de este 25 de junio, una nube cercana al volcán se vio iluminada por el resplandor de los rayos (descargas eléctricas) de una tormenta en la distancia (...) este efecto dio la apariencia de una ‘erupción luminosa’”.
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Este resplandor, conocido como relámpago, explicaron desde la entidad, es un fenómeno atmosférico natural que ocurre durante tormentas eléctricas y puede generar brillos intensos que varían por la presencia de nubes, la humedad del aire y otras condiciones meteorológicas.
“Dependiendo del lugar desde donde se observe, la luz puede parecer más difusa, intensa o incluso adoptar formas inesperadas” como ocurrió en la noche de este miércoles. “Estas imágenes son un recordatorio de que la naturaleza, a veces, puede sorprendernos, pero la ciencia está para ayudarnos a entenderla”, manifestaron.
Aclarado el curioso fenómeno, el Servicio Geológico reiteró que lo ocurrido en el volcán Nevado del Ruiz “no se trató de una erupción”.
La entidad, de hecho, recordó que tanto la actividad del Ruiz como del Cerro Machín sigue siendo la misma: alerta amarilla, “con cambios en el comportamiento del nivel base de los parámetros monitoreados y otras manifestaciones”.
De hecho, en el más reciente informe sobre la actividad del nevado, el SGC señaló que la misma disminuyó entre el 17 y el 23 de junio.
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“El volcán continuó presentando un comportamiento inestable. La sismicidad relacionada con la dinámica de fluidos al interior de los conductos volcánicos disminuyó en el número de eventos registrados y en la energía sísmica liberada. Los niveles de energía de las señales sísmicas fueron bajos”.
Además, durante esos días “no se confirmaron emisiones de ceniza ni se observaron cambios de temperatura asociados a estas señales”.