Había sido trasladado este miércoles a la Clínica Meta por un diagnóstico de tuberculosis. Al terminar la cita médica, debía regresar, pero Óscar Eloín Laverde Hernández no volvió a pisar la cárcel de Villavicencio, donde permanecía acusado de homicidio agravado y porte ilegal de armas. Al parecer, en un descuido de los guardias del Inpec que lo custiodiaban, aprovechó para salir sin ser visto. Ésta, sin embargo, no era su primera fuga.
Laverde Hernández, de 22 años, y contra quien también pesan cargos de explotación sexual de menores, hurto agravado y violencia intrafamiliar, había escapado de las instalaciones de la Estación de Policía Fundadores, de la capital del Meta, el pasado 5 de noviembre de 2019. No duró mucho como prófugo. Dos días más tarde, el cuadrante de la Policía del barrio Los Cámbulos lo ubicó en el sector conocido como La Maporita, al extremo suroccidental de la ciudad, y lo recapturó.
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Este nuevo escape, que representa un problema más para el centro penitenciario de Villavicencio, que atraviesa una crítica situación por el extendido contagio de coronavirus entre internos y funcionarios, motivó al alcalde de la ciudad, Felipe Harman, a pedir la renuncia del director del establecimiento, el capitán Miguel Ángel Rodríguez. A juicio del mandatario, el Gobierno del presidente Iván Duque “debe tomar decisiones drásticas con el director de la cárcel, que deja mucho que desear y está poniendo en peligro a la ciudad”.
Desde la noche del miércoles, unos 80 uniformados del Ejército y la Policía emprendieron la búsqueda del prófugo, según informó el alcalde. De momento no se ha establecido una recompensa por información sobre su paradero, sin embargo, el mandatario compartió en sus redes sociales una imagen invitando a la ciudadanía a ayudar a ubicarlo.