Desde el momento en el que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos comenzó a hablar de posconflicto, las bandas criminales (bacrim), fueron clasificadas como amenaza real y de mayor impacto para implementar los acuerdos de paz.
Con las Farc sentadas en la mesa de negociación, y el Eln en la misma perspectiva de iniciar diálogos, el Gobierno Nacional centró su foco en atacar las bacrim, “futura piedra en el zapato” del proceso de paz. Las estrategias fueron no darles estatus político, un sometimiento a la justicia y la última herramienta: bombardear los campamentos de estas estructuras ilegales.
Fue así como nació la Directiva 15, un documento en el que se faculta a las Fuerzas del Estado a utilizar toda su capacidad para disminuirlas, sin ser luego objeto de persecución penal. “Permitirá combatir de manera más efectiva a las bandas criminales por parte de las Fuerzas Militares y la Policía, se combatirá con toda la fuerza del Estado al crimen organizado”, dijo Luis Carlos Villegas, ministro de Defensa.
Con esta directiva, el Gobierno se quitó el amarre de las manos autoimpuesto en la Directiva 14 para combatir estos grupos armados ilegales, y además, como aseveró Villegas, provee de una seguridad jurídica a los que adelanten los operativos contra las bandas criminales.
¿Se pueden bombardear?
La nueva ofensiva contra las bacrim incluye lo que en el argot militar se conoce como el factor sorpresa. La emboscada y el ametrallamiento aéreo son solo dos de las estrategias, pero la que más llama la atención son los bombardeos a zonas de campamentos.
“Usaremos estás nuevas herramientas que espero traigan seguridad”, dijo Villegas.
Bajo esos estándares es que Eduardo Álvarez, coordinador de Dinámicas del Conflicto y Negociaciones de Paz de la Fundación Ideas para la Paz, FIP, asevera que los bombardeos sí se podrán realizar así estos grupos armados no tengan un estatus político.
“Está directiva permanente hace parte de una serie de documentos que dice a los militares cómo realizar un procedimiento sobre lineamientos para enfrentar un nuevo fenómeno criminal. En la anterior se mostraba cómo luchar contra las bacrim, en la actual, cómo enfrentar estas organizaciones que se han transformado”, comentó Álvarez.
Al margen de la nueva operatividad contra las bacrim, desde ahora denominadas Grupos Armados Organizados (GAO), el anuncio de combatir con toda la fuerza estatal sus estructuras, es también una forma de mostrar en la mesa de negociaciones que sí hay una lucha frontal contra ellas.
“Con estos anuncios se da una respuesta al constante reclamo de las Farc sobre luchar contra los grupos que ellos denominan paramilitares”, manifestó el analista del conflicto armado, Juan Carlos Ortega.
La preocupación en este tipo de ofensivas es la seguridad de la población, sin embargo, el alto gobierno manifestó que la nueva operatividad contra las bacrim se realizará con la menor cantidad de riesgo para los civiles.
