Lejos de los truenos de las bombas y los fusiles, y con el tiempo tranquilo que deja el Acuerdo de Paz, muchos de los excombatientes de las Farc lograron rehacer sus vidas y crear una familia, como lo habían soñado en sus años de guerra.
Es así como durante estos cinco años se presentó el “baby boom”, un fenómeno que hace referencia al nacimiento de 2.400 niños, hijos de exguerrilleros.
Entre esos excombatientes están Adriana Dimaté y su esposo, quienes lograron concebir dos hijos. Ella dice que dejar las armas a cambio de la posibilidad de formar esa familia ha sido, sin duda, “el mejor negocio” que pudo haber hecho.
Evelyn, de cuatro años de edad, y Kevin, de uno, son fruto del amor entre dos excombatientes de las Farc que, tras la firma del Acuerdo, se percataron de esa una nueva posibilidad en medio de un camino sin armas.
“Me había hecho a la idea de que nunca iba a ser mamá. No es algo que uno piense mucho mientras está en el monte, allá era imposible”, cuenta ahora, cinco años después de desarmarse.
La noticia del primer embarazo llegó un par de meses después de que les informaran que la paz era un hecho. Supo que sería mamá antes de volver a la vida civil e incluso antes de reencontrarse con su familia. “No lo dudé ni un segundo. Esa era la señal que necesitaba para saber que estaba haciendo lo correcto y que era momento de volver. No me arrepentiré nunca”.