Petro casa peleas en la región para esquivar crisis internas

El mandatario volvió a recurrir a su estrategia de intervenir y opinar sobre asuntos de otros países, justo cuando a nivel local enfrenta escándalos. Recuento.

Aunque Petro dijo que “no podía “meterse en otros países”, se refirió directamente a la megacárcel en El Salvador. Lo hizo en otros casos relacionados con asuntos de Brasil, Argentina, Perú y Chile. FOTO Andres Camilo Suárez

Justo cuando sus niveles de aprobación son los más bajos en poco más de 6 meses de gobierno, y cuando sus reformas parecen tambalear por cuenta de sendas polémicas, el presidente Gustavo Petro apeló una vez más a una vieja y muy confiable estrategia: intervenir en asuntos internos de otros países, desatar controversia y mostrarse confrontacional.

El rifirrafe que sostuvo con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, pone de presente una vez más esa táctica. Pese a que su reforma a la salud sigue sin convencer a los partidos y tras el sacudón ministerial que terminó con la salida de Alejandro Gaviria, Petro –durante la entrega de la ampliación de la Universidad Distrital en Bogotá– se refirió a la megacárcel que Bukele construyó en su país y a las dramáticas imágenes de presos, apenas vestidos con calzoncillos, durante su traslado.

El propio mandatario dijo que, si bien no podía “meterse en otros países”, la cárcel era un “campo de concentración”, señalando que está llena de “miles de jóvenes encarcelados. Le da a uno escalofrío. Hay gente que le gusta eso, indudablemente: ver a la juventud dentro de cárceles y creen que eso es seguridad”.

Bukele le terminó por seguir el juego el juego a Petro y, a través de Twitter –la tribuna favorita del jefe de Estado colombiano– le contestó que “los resultados pesan más que la retórica”. Lo anterior, como en otras ocasiones, derivó en un cruce de trinos que acaparó la atención mediática y centró el foco de la discusión en sus declaraciones.

No es la primera vez que Petro incurre en este tipo de intromisiones en asuntos internos de otros países para desviar la conversación sobre crisis o problemáticas que atañen a su gobierno. Este es el listado.

En defensa de la Kirchner

Días después de suspender las órdenes de captura y extradición de negociadores del ELN, a finales de agosto se conoció un controvertido apoyo de Petro a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, investigada por presunta corrupción. Junto a los presidentes de Bolivia, Luis Arce, y México, Manuel López Obrador, el mandatario divulgó una carta en la que calificaba como “una injustificable persecución judicial” el proceso contra su aliada.

En Chile: “Revivió Pinochet”

En medio de la controversia e indignación por el asesinato de 7 policías en zona rural de Neiva (Huila), el 4 de septiembre Petro prefirió hablar de Chile y rechazó el resultado adverso de un plebiscito para modificar la Constitución convocado por su aliado, Gabriel Boric. Pese a la difícil situación interna y las críticas que ya comenzaban a hacerle a su política de “paz total”, el Presidente prefirió trinar y aseguró: “Revivió Pinochet”.

La emprendió contra EE. UU.

En octubre pasado, cuando en el país se discutía la reforma tributaria de Petro y se emitían alertas desde diferentes sectores, Petro le sacó los dientes a Estados Unidos y, en tono amenazante, responsabilizó a ese país de estar “arruinando las economías del mundo (...) Se toman decisiones para protegerse ellos solos sin pensar en lo que va a ocurrir a través de sus medidas”, reclamó. La andanada contra el principal socio comercial de Colombia se enmarcó en las críticas por el alza del precio del dólar y la idea de justificar la inestabilidad de la economía en Colombia.

“Viva Lula” dijo sobre Brasil

A finales de octubre, cuando el dólar seguía tocando máximos históricos y se planteaba que la ministra de Minas, Irene Vélez, fuera sometida a una moción de censura, Petro reaccionó a la reelección de Luis Inácio Lula da Silva como mandatario brasilero. “Viva Lula”, sostuvo el Presidente, quien destacó que había hablado con el presidente brasilero y reveló que las relaciones iban a ser más “estrechas porque ambos amamos la Amazonia”. En ese entonces, la ministra Vélez daba explicaciones e insistiía en que se respetarían los contratos de exploración y explotación petrolera firmados.

Persona no grata en Perú

A final de año, en diciembre pasado –cuando defendía la libertad de integrantes de la Primera Línea y afloraba la controversia por la compra de aviones de guerra–, el Presidente rechazó la detención del exmandatario peruano Pedro Castillo, acusado de intentar dar un golpe de Estado y disolver el congreso de ese país. “Fue arrinconado desde el primer día”, reclamó Petro. Posteriormente, ya en febrero y ante las protestas que desencadenó la destitución de Castillo, sostuvo que los policías de ese país son “como nazis que marchan contra su propio pueblo”. Por estos hechos, no solo la prensa peruana reprochó a Petro por “difundir patrañas”, sino que el Congreso en pleno de Perú lo declaró persona no grata, lo que implicó restricciones para ingresar al país.