Gustavo Petro engrosa la lista de precandidatos a la Presidencia que aunque en el pasado militaron en algún partido, ahora no hacen parte de ninguno y decidieron liderar un movimiento propio. Por eso a través de Progresistas, por el que llegó a la Alcaldía de Bogotá en el periodo anterior, inició la recolección de firmas que avalen su candidatura presidencial para 2018. Esto le respondió a EL COLOMBIANO:
¿Cuál sería su principal tarea como el primer presidente del posconflicto?
“Democratizar el territorio, lo que significa que los ciudadanos tomen las decisiones fundamentales, porque son el poder constituyente. Eso no se hace en el Congreso, ni vía jueces o presidente, se hace desatando el poder constituyente de la ciudadanía en territorios y Santos no quiso hacerlo. Es una tarea del próximo gobierno progresista”.
Usted había invitado a Clara López a hacer parte de una coalición, ¿ya le contestó?
“La mayor riqueza del pueblo colombiano es su diversidad, por tanto, una fuerza progresista tiene que construirse sobre esa base. No es uniformando un pueblo. Clara López es parte de ese color, pero hay muchísimos colores que convocar para construir esa fuerza progresista”.
¿Podría llegar a un acuerdo para ser fórmula del exgobernador Sergio Fajardo?
“He hablado dos veces con él y es claro en sus definiciones, que también son respetables. Representa una de esas tonalidades de la diversidad. Me parece importante que pudiéramos confluir, independientemente de quien sea el candidato. La población es la que debe seleccionar cuál es la candidatura común, liberándonos de esas tenazas que unos sectores quieren imponer: santista o uribista, a pesar de que los respetemos, porque algo tienen que decir”.
¿Y cómo ve al Polo Democrático, partido del que usted fue cofundador?
“El Polo perdió su diversidad. Como iniciativa que construimos hace 15 años se planteó como una propuesta de diversidad. Fue una gran bancada, fuerza opositora digna en ocho años de gobierno de Uribe, planteó debates importantes y los sigue planteando. Se volvió un grupo homogéneo y homogenizante que explica parte de su crisis”.
¿Qué mecanismo propone para que esas fuerzas independientes puedan llegar con un candidato único?
“Tiene que haber consulta. El problema hoy está en que el Gobierno está proponiendo cambios en la política y no hay reglas claras. No se pueden construir propuestas aglutinadoras, pero si la reforma política permitiese más libertad, el camino sería una consulta de las fuerzas diferentes a la clase política tradicional, que quieran enarbolar transformaciones para el país”.
¿Qué es ser progresista y cree que es el momento para un gobierno de izquierda?
“Colombia quiere construir paz, acabar definitivamente la guerra, superar los odios después de décadas, transitar hacia una economía productiva. Hacer ese tránsito hacia la paz y la equidad social implica un esfuerzo progresista desde el punto de vista político. Medellín tiene varias experiencias de gobiernos en relación a medidas progresistas. Por algo aquí aparecieron primero el metro y los tranvías”.
¿Cómo evalúa la implementación del Acuerdo?
“He tenido una visión crítica del proceso de paz. Esperaba mucho más. Voté por el sí y soy partidario de que acabe la guerra, pero el Acuerdo está siendo usado por el Gobierno para fortalecerse como proyecto político. Eso tiene un nombre: Germán Vargas. Así no se construye la paz”.
¿Vargas Lleras será el candidato del santismo?
“Sí, el de Santos. No sabemos cuál va ser el candidato de Uribe, porque tienen embolatada la agenda. A nosotros nos corresponde que exista una candidatura de las fuerzas progresistas que haga las tareas que este Gobierno no quiso hacer respecto a la paz, que no es de una guerrilla, es de una sociedad. Y la sociedad llega a un estado de convivencia o paz es a partir de solucionar sus problemas fundamentales de educación, salud, medio ambiente y territorio”.
¿Entonces cree que Santos se adueñó de la paz?
“Cuando uno piensa en la paz tiene que pensar generosamente, no es de uno o de un grupo político, es de una sociedad diversa. En esa medida a este Acuerdo le faltó mucha audacia. Antes del plebiscito propuse que pasáramos a una constituyente territorial. La capacidad de decisión de la ciudadanía en el territorio no se ha explorado en Colombia. Si el territorio sigue siendo cuna de violencia, el Acuerdo con las Farc puede terminar en una masacre”.
El Gobierno dice que no existe paramilitarismo, pero las Farc sostienen que sí.
“Ha crecido el cultivo de hoja de coca. Todo el mundo lo acepta. Quienes hacen crecer esos cultivos ya no son las Farc, son nuevos actores o viejos actores empoderados. Eso significa que hay más armas, porque la coca trae más armas mientras sea ilegal. Y si hay más existe la potencialidad de un nuevo conflicto, solo que los actores son diferentes. Mientras las Farc van abandonando sus zonas de control, otros actores ilegales han tomado las armas. A eso le pueden poner el nombre paramilitar, pero está mal, porque hace alusión a ejércitos privados del narcotráfico que pueden tener o no funcionarios del Estado dentro”.
¿Comparte con el presidente Santos que la Revolución Bolivariana fracasó?
“Todas las economías sustentadas sobre el petróleo y los combustibles fósiles, independientemente si son de izquierda o de derecha, han fracasado. El tema del cambio climático es poco debatido en Colombia, y apenas hasta hora los desastres son los que nos están haciendo reflexionar. La humanidad no puede vivir de petróleo y gas únicamente, porque al ser trasformados se produce el efecto invernadero, que trastorna el clima y mata”.
¿Que se debe hacer para enfrentar esa problemática y cómo impacta la economía?
“De parte de los países consumidores se exige una regulación del consumo, que va casi en contravía del libre consumismo. De parte de los países productores, entre los que está Colombia, implica que nos tenemos que liberar nuestros aparatos económicos y sociales de la producción de petróleo y carbón. La crisis económica de Colombia es el producto de una alta dependencia a estos”.
¿Existe democracia o no en Venezuela?
“Tenemos que guardar el debido respeto porque no vivimos allá ni somos venezolanos. El tránsito del petróleo hacia la economía productiva y de la sociedad hacia la seguridad ciudadana son temas que debería llevar el pacto nacional en Venezuela. No creo en destrucción de los unos por los otros. Esa historia la recorrió Colombia y es suicida”.
¿La Constituyente de Maduro es la vía para ese pacto?
“Si Venezuela se abre a unas elecciones para elegir el poder constituyente, abre un camino pacífico y de solución a sus problemas, por lo menos a los inmediatos, hacia cómo transitar a economía productiva y niveles de seguridad ciudadana. Varias ciudades de Venezuela son las más violentas del mundo, lo cual significa que el pacto de convivencia está destruido”
En el proyecto de reforma política se conserva la posibilidad de la financiación privada a las campañas. ¿Sigue el riesgo latente?
“La financiación privada no ha traído sino problemas. El proyecto de reforma tiene medidas importantes, pero la clase política no quiso hacer nada de lo propuesto por la Misión Electoral Especial. El gobierno de Santos perderá el control del Congreso en cualquier momento. Por eso era importante una constituyente”.
