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Colombia albergará por estos días una nube compuesta por dióxido de azufre que afectará, principalmente, el centro y norte del país.
Así lo reportó el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), que además explicó que el fenómeno es consecuencia de la erupción del volcán La Soufrière, ubicado en el archipiélago de San Vicente y las Granadinas, perteneciente al Caribe.
Luego de estar inactivo por casi cuatro décadas, en su despertar, este coloso emitió diversos gases y partículas contaminantes como monóxido de carbono, óxido de nitrógeno y el ya mencionado óxido de azufre.
Conforme a lo explicado por el Ideam, según el modelo de pronóstico de Copernicus, se previó el ingreso de importantes concentraciones de este último compuesto, que el pasado lunes se posó principalmente sobre Vichada, Guainía y Guaviare con niveles de 100 y 200 miligramos por metro cuadrado (mg/m2).
La entidad detalló que la nube también tuvo incidencia el pasado martes en los departamentos de Tolima, Huila, Meta, Cauca y Nariño.
El reporte oficial indica que, luego de haber hecho escala ayer en la región norte y suroccidente del territorio nacional, hoy el panorama será muy parecido y la nube continuará puntualmente sobre La Guajira y Guanía, con concentraciones inferiores a los 40 mg/m2.
En este contexto, Juan Carlos Muñoz, director del Instituto de Química de la Universidad de Antioquia, explicó que las erupciones volcánicas hacen parte del ciclo de la naturaleza y se han registrado durante toda la historia del planeta Tierra.
Según el docente, los gases emanados de allí “no nos matan inmediatamente”.
Entre los impactos inmediatos del azufre en la atmósfera, de acuerdo con el académico, si la concentración es elevada puede ocasionar complicaciones respiratorias, provocar irritación en ojos y garganta y, si se respira en gran cantidad, podría causar afectación cerebral.
“Sin embargo, para que lo anterior ocurra, tendrías que estar parado en la boca del volcán”, precisó el profesor.
Detalló que el óxido de azufre es un gas bastante hisdroscópico –que se acopla mucho al agua–, y en reacción con la atmósfera se convierte en ácido sulfúrico.
De igual manera, en palabras del experto, los demás gases contenidos en la nube de esmog reaccionan con el agua y derivan en ácido nítrico y ácido carbónico, cuya consecuencia es la lluvia ácida.
“Eso ocurre casi todos los días en todas las ciudades que tienen una capa nubosa permanente de partículas y gases”, precisó.
En línea con las lluvias ácidas, el profesor Muñoz aclaró que al hacer contacto con los minerales en el suelo, se convierten en sulfatos, carbonatos y nitratos. Esta es la forma en que la naturaleza asimila esos elementos para que no sean nocivos.
“Los nitratos –según ilustró el docente– son un abono para las plantas”.
Por su parte, Miguel Quirama, profesor de ingeniería ambiental y experto en calidad del aire, expuso que “la llegada de esta nube no significa que nosotros vamos a estar directamente afectados por ella”.
Según complementó, esta concetración de gases suele ubicarse entre 3.000 y 4.000 metros de altura, “para que baje se necesita algo extra”.
Eventualmente, si la nube llegara a descender, podría hablarse de las citadas complicaciones respiratorias que afectarían más a personas con preexistencias, aunque, de momento, tal como afirmó, lo importante es que las autoridades ambientales continúen monitoreando la calidad del aire y el comportamiento de este fenómeno.
El Ideam comunicó que actualizará su reporte frente a la nube de azufre, cuya concentración de gases podría disminuir este mismo domingo