La reforma laboral se destrabó luego de que los conciliadores de la Cámara aceptaran el texto aprobado en el Senado, lo que permitirá avanzar hacia la votación final este viernes. Este giro reduce tensiones políticas y podría evitar la consulta popular convocada por el Gobierno.
Tras la aprobación de la reforma laboral en último debate, el Congreso emprende desde ahora una carrera contrarreloj para conciliar y armonizar los textos de Senado y Cámara antes de este viernes 20 de junio, cuando concluye el periodo legislativo ordinario.
Por ello, este miércoles se conocieron los conciliadores encargados de llevar a buen puerto los textos aprobados en cada una de las cámaras. Por un lado, el presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca, confirmó que por parte de esa célula legislativa acudirán los representantes María Fernanda Carrascal (Pacto Histórico) y Juan Camilo Londoño (Alianza Verde).
“Esta decisión se toma pensando en que en estas horas que quedan del día se pueda llegar a un consenso y podamos agendar lo más pronto posible la votación”, manifestó Salamanca.
Por otro lado, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, informó que los conciliadores por parte de la cámara alta serán los senadores Carlos Abraham Jiménez (Cambio Radical) y Juan Samy Merheg (Partido Conservador).
“Fueron ponentes en la Comisión Cuarta. Conocen el proyecto y ya estuvieron debatiéndolo durante un buen tiempo. No les será difícil acudir a una mesa de conciliación y, por supuesto, sacar las banderas del Senado de la República”, explicó Cepeda.
Así las cosas, se evidencia que la conciliación no estaría exenta de controversias, teniendo en cuenta que quienes se sentarán a armonizar el texto son congresistas tanto oficialistas como de oposición.
“En mi caso particular no estamos de acuerdo con esta reforma. Sabemos que esta iniciativa va a generar más desempleo y, sobre todo, más informalidad. Asumimos este papel solo con una condición: que se aprobara el texto tal como salió de Senado. Si los representantes a la Cámara se vuelven irracionables serán ellos quienes, con el Gobierno, hundirán la reforma laboral”, declaró Carlos Abraham Jiménez.
No obstante, anticipándose a la caldeada discusión que podría desatarse, al final de la tarde de este miércoles los representantes Londoño y Carrascal sorprendieron al anunciar que acogerán el mismo texto de Senado.
“Hemos decidido que, teniendo en cuenta que el Senado ha acogido más del 85 % del texto que conciliamos durante más de dos años, y a que se revirtieron artículos que eran muy regresivos, nos vamos a acoger al texto de Senado. Ese texto mejora además algunos de los puntos de la reforma. Esta reforma no es regresiva, sino progresiva”, dijo la congresista.
La conciliación de la reforma laboral es determinante, teniendo en cuenta que el presidente Gustavo Petro anunció que, de acogerse los puntos relacionados con las horas extras, el pago de dominicales o que los aprendices del Sena tengan contrato laboral, estaría dispuesto a retirar el decreto con el que convocó la consulta popular.
Ahora, una vez se concilie el texto, el informe de conciliación será sometido a votación por las plenarias del Senado y la Cámara. Ese paso se realizaría el próximo viernes.
