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A las 12 empresas que cuentan con licencia para producir cannabis medicinal en Colombia se podría sumar otra, que sería creada por la Administración Departamental con apoyo de la Universidad de Antioquia. Ayer, seis firmas recibieron los permisos del Ministerio de Salud y la Gobernación planea unirse a este mercado que aún no se ha explotado en el país.
“Tenemos que ser líderes en un producto que ha sido característico de Suramérica, no podemos quedarnos comprándole marihuana medicinal a Alemania o Estados Unidos”, afirmó el gobernador Luis Pérez y agregó que este mercado mueve en el mundo más de 70.000 millones de dólares.
En opinión de Pérez, la marihuana colombiana es de calidad y tendría buen impacto y credibilidad en los ciudadanos. Por eso, anunció que la Gobernación está próxima a firmar la creación de la empresa para comenzar a tramitar las licencias que le permitan entrar en operación.
Aunque son 12 las firmas que cuentan con la licencia de producción, solo una de ellas, Medcann cuenta con las otras dos licencias requeridas para funcionar, y Khiron Colombia tiene también la de cultivo otorgada por el Ministerio de Justicia.
Son cuatro las licencias que se deben tener en Colombia para entrar a cultivar y comercializar, a nivel mundial, cannabis medicinal: cultivo, fabricación, investigación y exportación.
Por ese motivo, según explicaron fuentes consultadas por este diario, es que ninguna empresa produce aún marihuana medicinal en el país, ni siquiera Pharmacielo, la única firma con sede en territorio antioqueño, en el municipio de Rionegro.
Aunque el mercado aún no ha despegado en Colombia, de la marihuana medicinal se comenzó a hablar en el país cuando se expidió la Ley 13 de 1974, la cual limitó la producción, exportación, importación, distribución, comercio y uso del cannabis para fines médicos y científicos.
Con la Ley 30 de 1986 se restringieron las áreas para el cultivo de cannabis, pero solo hasta 2015 se reglamentó esta norma, con el Decreto 2467 mediante el cual se fijó cómo se debe producir y comercializar la marihuana con efectos medicinales.
“Se tardaron más de 25 años en reglamentar y solo en 2016, con la Ley 1787 los ministerios de Justicia, Salud, Agricultura y Desarrollo Rural comenzaron a expedir licencias”, señaló César Augusto Betancur Cañola, docente de la Universidad de Medellín.
El profesor, experto en el tema del proceso de legalización de la marihuana medicinal, explicó que en el país hay pocas licencias porque los laboratorios son muy costosos. “Montar una planta para procesar cannabis puede oscilar entre uno y tres millones de dólares”, subrayó.
Betancur apunta a esta como una de las razones por las cuales las firmas que tramitan permisos son en su mayoría empresas de capital extranjero.
“En un intento por democratizar la producción, el Decreto 613 de este año determinó que podían existir pequeños y medianos cultivadores de cannabis medicinal. Pero solo permite sembrar media hectárea. Eso más los costos de montar los laboratorios hace que sea muy difícil competir con las grandes empresas”, dijo Betancur.
El profesor Betancur calificó como positivo que la Gobernación de Antioquia planee unirse a este mercado porque la mayoría de las empresas solo están interesadas en cultivar y producir en el país para luego exportar a otros lugares del mundo.
“Esto resultará beneficioso porque los productos se quedarían para ser vendidos en Antioquia y en el resto del país, además cuentan con la experiencia en investigación que tiene la U. de A.”, expresó.
Jorge Alonso Marín, presidente de la Asociación de Toxicología Clínica Colombiana, considera que es importante que la gente sepa que a los pacientes no se les suministraría marihuana tal y como se conoce comúnmente, sino que se trata de cannabinoides benignos, que no tienen los niveles de adicción del tetrahidrocannabinol (THC), presente en la sustancia de consumo recreativo.
“En otros lugares del mundo se usan los derivados cannabidiol (CBD) y cannabinol (CBN) como coadyudantes para pacientes que ya tienen un tratamiento con otros fármacos”, afirmó Marín.
El galeno explicó que el tratamiento con los cannabinoides ha demostrado tener efecto para personas con vómito intratable ocasionado por la quimioterapia, enfermos con VIH que presentan inapetencia y para aquellos que tienen síndromes convulsivos. Sin embargo, los estudios para aplicar estos derivados en pacientes con dolor crónico o párkinson, aún no tienen suficiente evidencia para ser concluyentes.
“Los fármacos elaborados con CBN y CBD todavía no se comercializan en Colombia porque no se cuenta aún con certificados de buenas prácticas de manufactura”, anotó Marín.
En hospitales como el San Vicente Fundación o el Manuel Uribe Ángel de Envigado, al igual que la mayoría de centros médicos de Antioquia y Colombia, se sigue recurriendo a los opiáceos para los tratamientos del dolor y aún no hay claridad sobre en cuánto tiempo podrían empezar a usar cannabis terapéutico en sus pacientes.
No obstante, el tema se está estudiando y se hablará del uso medicinal de la marihuana en el Tercer Congreso Nacional de Toxicología Clínica, el próximo 12, 13 y 14 de octubre en Medellín.
La Gobernación de Antioquia y la U. de A. informaron que la próxima semana se expondrán más detalles sobre la creación de la empresa para producir cannabis con fines médicos.