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Once meses después de haberse firmado el Pacto de Leticia para proteger la Amazonia, los siete presidentes de los países que tienen territorio en la que es considerada el pulmón del mundo del mundo, volvieron a sentarse para hablar de cómo protegerla.
En este punto hay que tener en cuenta que una de las principales preocupaciones de los gobernantes de los países de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam pasa por la deforestación.
En el caso de Colombia, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), precisó que el país logró una reducción del 19 % en deforestación el año pasado y frente a este fenómeno en la Amazonia, pasó de concentrar el 70 % del país en 2018, al 62 % durante 2019.
El presidente Iván Duque manifestó que se da un paso para reafirmar su protección y que en ejercicio de la soberanía de cada nación “estamos más unidos que nunca en que los resultados que hemos incorporado al plan de acción tengan financiamiento, viabilidad y el impacto deseado”.
También se concluyó que deben ser incorporadas, en cada país, 52 iniciativas de políticas públicas para avanzar en la prevención y atención de los incendios en esa región, que es lo que más preocupa, especialmente enfocadas en la lucha contra la deforestación, quemas ilegales y tráfico.
Además, se hizo énfasis en la protección de las comunidades indígenas que habitan la Amazonia, pues sus vulnerabilidades quedaron mucho más expuestas con la covid. En ese sentido y como lo contó EL COLOMBIANO el pasado lunes, han fallecido por lo menos 200 abuelos sabios, según la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, y 164 “depositarios del saber ancestral en la Amazonia colombiana”.
La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, confirmó que su gobierno se mantendrá en el plan de acción que había dejado el exmandatario Evo Morales, pues aseguró que se debe realizar “un trabajo que nos permita conservar y usar de manera responsable nuestros bosques”.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, citado por el diario El Comercio, dijo que por más esfuerzos que cada país haga, se quedarán cortos si no hay mecanismos regionales “para la reactivación de la región que mejore la calidad de vida de los pueblos”.
Análisis y retos
Felipe Castro, director del Centro de Desarrollo de los Objetivos Sostenibles (ODS) para América, destacó que esta iniciativa es importante, pues une a actores políticos en aras de discutir acciones que lleven al bienestar de la región. “Normalmente las fronteras políticas no tienen en cuenta las fronteras ecológicas y ese bioma amazónico tiene incidencia en diferentes países”.
Manuel Rodríguez, exministro de Ambiente, sostuvo que aunque el encuentro se percibe como positivo, es escéptico con esta apuesta regional, porque no hay pasos claros que permitan entender que en realidad sí se está haciendo algo para protegerla.
Por ejemplo, indicó que en el caso de Brasil, las políticas de su presidente, Jair Bolsonaro, quien estuvo presente en esta jornada, no apuntan a la protección de esta región, sino en seguir sacándole interés económico. El fin de semana pasado se conoció que prepara un programa denominado ‘Adopta un parque’, con el objetivo de inyectar inversión privada a través de la venta de espacios en la selva. Serían, inicialmente, 132 áreas equivalentes al 15 % del ecosistema en peligro de extinción.
“Esta cumbre es una relación muy simbólica, porque Brasil no tiene interés y lo que hace es lavarse la cara internacionalmente”, manifestó Rodríguez, quien agregó que “al presidente Duque, a quien no le reconocen nada en este momento, sí hay que destacarle que ha puesto interés en proteger la Amazonia y se ha esforzado en impulsar esa tarea en la región”.
Frente a esta visión, el director del Centro ODS agregó que una situación similar pasa con Colombia, pues aunque el presidente Duque es quien ha liderado el pacto por la Amazonia, en el país hay una contradicción: “Hablamos de la importancia de proteger la Amazonia, pero al mismo tiempo tenemos un proyecto minero en el Páramo de Santurbán, que de cierta manera respalda actividades mineras en zonas circundantes a la zona protegida”.
Tener una fuente de financiación resulta clave en esta tarea. Sobre esto, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, citado por EFE, indicó que “la biodiversidad amazónica juega un rol de gran importancia en la provisión de servicios ambientales locales y regionales, siendo la bioeconomía y el uso sostenible de la biodiversidad una de las principales oportunidades para el trabajo público privado”.
El director del Centro ODS manifestó que se debe ver la Amazonia como un recurso de uso común que, de no protegerse, se agotará como fuente de agua y disminución de gases de efecto invernadero.
“El caso sigue siendo político, que no permite avanzar de manera decidida en su conservación, pues este es un esfuerzo que tiene algunos sesgos políticos”, concluyó.