Cumplido un mes de los cuestionados comicios presidenciales en Venezuela que dieron como ganador a Nicolás Maduro, esta semana el Gobierno de Gustavo Petro convocó a otra jornada de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, el cuerpo consultivo del presidente que se encarga, entre otras, de estudiar asuntos de política internacional, negociaciones diplomáticas o seguridad exterior.
Si bien el expresidente Álvaro Uribe Vélez –uno de los exmandatarios invitados–, se ausentó del encuentro, se conoció una dura carta que le hizo llegar al canciller Luis Gilberto Murillo en la que pide actuar frente a la “dictadura fascista-castrista” en Venezuela.
De acuerdo con Uribe, las únicas pruebas conocidas acreditan el triunfo de Edmundo González, “quien debe ser reconocido y posesionado como presidente de Venezuela”. El expresidente sostuvo que el Centro Carter, que años atrás validó la elección del presidente Hugo Chávez, en esta oportunidad certificó la elección de González.
“La polarización de Venezuela no se supera poniendo en duda la elección de Edmundo González. Al contrario, lo único que garantizaría una relación normal de respeto democrático, que es la expresión de unidad en el Estado de derecho, sería el Gobierno legítimo del Dr. Edmundo, cuya trayectoria goza de credibilidad. Además, en compañía de su líder, María Corina Machado, han generado profunda esperanza popular”, agregó Uribe.
En ese sentido, reclamó que Venezuela “sufre una dictadura fascista-castrista, con más rabia, menos doctrina, completa corrupción y cero ética. Una dictadura que intenta engañar de nuevo con tramposas simulaciones electorales”.
En la misiva, el expresidente propone la legalización en Colombia de 500.000 ciudadanos de Venezuela, pero con salvedad del derecho al voto. “Nuestros dos países han tenido una historia de solidaridad migratoria. En el pasado aproximadamente 1,5 millones de colombianos encontraron, casi todos, hospitalidad y oportunidades en Venezuela. En los últimos años, debido a la crisis humanitaria y democrática, alrededor de 2 millones de venezolanos han llegado a nuestro país”, dijo Uribe.
De acuerdo con el exmandatario, para financiar los derechos sociales de los nuevos inmigrantes, dadas las dificultades de la economía nacional, debería explorarse la posibilidad de ayuda de organismos internacionales.
Por otro lado, Uribe manifestó que las relaciones entre ambos países no han sido rotas por Colombia, destacando que tampoco ha cerrado sus fronteras, y que “es útil mantener esa postura”, pero sin aceptar una eventual condición de relaciones o apertura de frontera “a cambio de reconocer el resultado electoral que reclama el actual Gobierno o cualquiera de sus imposiciones”.
Incluso, el expresidente se refirió a la posibilidad de que el Ejecutivo suscriba un tratado con Nicaragua para modificar los límites marinos buscando adaptarse a la sentencia que en 2012 implicó que Colombia perdiera cerca del 43 % de su territorio marítimo en el Mar Caribe.
Frente a ello, Uribe reclamó “la ilegalidad e inaplicabilidad” de la sentencia, sumado al desacuerdo con un eventual tratado que modifique los límites. “Creo conveniente explorar que los pescadores ancestrales de ambos países tengan derecho a la pesca artesanal a ambos lados del Meridiano 82”, precisó.