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Las marchas en el país, especialmente lideradas por jóvenes desde noviembre del año pasado, motivaron a la Universidad del Rosario a preguntarse cuáles eran las razones del inconformismo de esta población, por qué marchaba y que proponía frente a la situación coyuntural del país.
Para ello, contrató a la encuestadora Cifras y Conceptos, en asociación con otras organizaciones, para que aplicara una encuesta a 2.513 jóvenes entre 18 y 32 años, en 10 ciudades del país, como Bogotá, Barranquilla, Medellín, Cúcuta, Tumaco, entre otras.
Los resultados presentados ayer por la Universidad permiten concluir que los jóvenes confían en las universidades, tanto públicas como privadas, y desconfían del Congreso, la Presidencia, los jueces y los concejos (ver infografía).
Para el rector del Rosario, Alejandro Cheyne, este resultado permite entender que el país requiere enfocar sus apuestas en el factor pedagógico, pues “su confianza en las universidades públicas y privadas es del 73% y 62%, respectivamente” y esto es una evidencia del rol protagónico de la academia como motor de progreso y desarrollo social. El llamado que queda en el ambiente, con este resultado, es a que desde las universidades se aporte a la construcción de ciudadanía, “pensando en el bien común”.
Para los consultados, el principal problema de Colombia es la corrupción, seguido del desempleo, la inseguridad y la violencia, entendiendo esos factores como la “semilla que ha configurado los grandes problemas” de la nación, según los resultados de la encuesta.
Frente a esto, Alejandro Palacio, líder juvenil y quien ha sido representante estudiantil, plantea que los resultados son la muestra clara de la realidad que viven los jóvenes, pues es una barrera a la que se enfrentan cada día, sobre todo cuando buscan empleo.
“Conseguir empleo en el país es complejo, porque hay bajos salarios, pero cuando se revisan las solicitudes, nos encontramos con que, o nos piden mucho estudio o mucha experiencia”, plantea Palacios.
Al respecto, Carlos Andrés Charry, doctor en Sociología y miembro de la Escuela de Ciencias Humanas del Rosario, asegura que lo relevante de estos resultados tiene que ver con que “los jóvenes no lo ven solo como un tema de saqueo de los recursos públicos, sino como una dinámica que va más allá y se relaciona con la afectación a las oportunidades y servicios como el acceso al trabajo, a la educación y la salud”.
Pero, más allá de los problemas, también hay aspectos que los indignan. La encuesta refleja que cada respuesta está precedida de la palabra “falta”, y tiene que ver con la falta de empatía, de solidaridad o de oportunidades, entre otros. “...más allá de estas razones sociales de indignación, problemas como la corrupción, la injusticia, el gobierno y la falta de educación siguen presentes en sus reclamaos”, se lee en el análisis de los resultados.
No todo fue quejas, los jóvenes pasaron al tablero y plantearon soluciones.
En empleo, plantean la creación de fondos que permitan alianzas público privadas para establecer comercio en las regiones “que permita la dispersión de pymes que, a su vez, generarán empleo”.
Por el lado educativo, aseguran que es necesaria la conformación de grupos estudiantiles e investigativos con financiación para estas alianzas y en materia económica, señalan que es necesario que se reduzca la carga tributaria a los microempresarios que creen nuevas empresas y que aportan al empleo y al desarrollo de la región, aunque estos impulsos ya se tienen, especialmente para las enfocadas en economía naranja.
Diana Sofía Murillo, estudiante de Medicina de la Corporación Universitaria Remington, resalta que “debemos concientizarnos sobre la desigualdad de oportunidades en el país, que es algo que nos complica el camino a los que estamos empezando”.
Para ella, la solución está en que los gobiernos “vayan a las regiones para que conozcan de primera mano lo que pasa, que las decisiones no solo se tomen en Bogotá, sino que se tomen escuchando a las comunidades”.
Aspectos sociodemográficos
De las siguientes instituciones, ¿en cuáles confía?
De las siguientes emociones, ¿cuáles son las dos más dominantes en su vida hoy?
Frente al último año ¿usted siente que su situación ha mejorado, permanecido igual o empeorado?
¿Usted qué está dispuesto a hacer para aportar/solucionar los problemas del país?
¿Usted se ha manifestado en el último año?