A Howard Bowen lo presionaron para renunciar de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) por enseñar “teorías anti-negocio” en 1950. Esas teorías se referían a las primeras posturas académicas que hablaban de la responsabilidad social corporativa y el gasto que el sector industrial privado debía asumir como un agente de peso en el Estado.
Hoy las ideas de Bowen hacen parte de las metas de crecimiento de las compañías, y de los programas académicos de las universidades más importantes.
El apoyo del sector empresarial en las crisis económicas desde 1950 ha sido fundamental. Bowen empezó a hablar de la responsabilidad social corporativa como consecuencia de la fuerte desigualdad generada en Estados Unidos por la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam: retribuir lo que la gente ha dado a las empresas importa, según el académico.
En medio de la pandemia siguen llegando muestras de ese compromiso. Atender a la población más necesitada, y entregar recursos para los profesionales de la salud, siguen siendo los focos.
Si viviera, Bowen cargaría la bandera del #DeEstaSalimosJuntos, pues sólo el esfuerzo mancomunado salva vidas y trabajos. También podría estar tranquilo de que, al final, la Universidad de Illinois le diera la razón creando un MBA en Responsabilidad Social Corporativa .