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En los próximos meses, si las estimaciones se cumplen, los casos detectados de coronavirus Covid-19 crecerán exponencialmente. Así lo ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los líderes del mundo. Angela Merkel, primer ministra alemana, aseguró en declaraciones públicas el pasado miércoles, que el 70% de la población de su país “podría infectarse”. Sin embargo, no todos sufrirán los mismos efectos.
Un estudio publicado el pasado 10 de marzo en la revista médica The Lancet estableció, por primera vez desde que comenzó la emergencia, los factores de riesgo asociados a las muertes por Covid-19. La investigación, que analizó la evolución de 191 pacientes ingresados a dos hospitales de Wuhan, el epicentro de la enfermedad, constató que la edad avanzada, los problemas de coagulación de la sangre y la septicemia (la respuesta desmesurada del organismo ante una infección, que acaba dañando órganos y tejidos del cuerpo), son los tres principales factores de riesgo que pueden provocar la muerte por Covid-19.
De los pacientes analizados, 54 fallecieron. Su edad media fue de 69 años. En unas declaraciones recogidas por el periódico El País, de España, Zhibo Liu, coautor del estudio, explica que “los peores resultados en las personas mayores pueden deberse, en parte, al debilitamiento del sistema inmune y al aumento de la inflamación, que puede promover la replicación viral y una respuesta más prolongada a esa inflamación, provocando daños duraderos en el corazón, el cerebro y otros órganos”.
Aunque los autores señalan que los resultados de su estudio están limitados por la pequeña muestra, sus hallazgos concuerdan con lo que han señalado otras investigaciones, como la publicada por la revista médica estadounidense JAMA, y la propia OMS: los adultos mayores hacen parte de la población más vulnerable frente al Covid-19.
¿Cómo cuidarlos?
Si bien las recomendaciones son las mismas establecidas por la OMS, al ser una población vulnerable estas se deben extremar. Así lo indica Juan Camilo Díaz, médico internista epidemiólogo, coordinador de Medicina Interna de la Universidad CES. El experto señala que se debe “evitar que vayan a sitios de aglomeración, como por ejemplo las iglesias, y el contacto con personas enfermas”.
Además, añade Isabel Cristina Ramírez, jefa del Departamento de Infectología de la Facultad de Medicina de la U.de A., deben usar tapabocas si presentan síntomas y cambiarlo recurrentemente para que este no sea foco de contagio.
“Hay que estar muy atentos a las señales de alerta”, dice Díaz. La fiebre que no mejora después de 48 y máximo 72 horas, la dificultad cada vez mayor para respirar, el cambio de coloración en la piel o en los labios y la modificación de comportamientos como la expresión de incoherencias, son signos de alarma que podrían indicar la necesidad de traslado a un centro hospitalario.
Si hay síntomas propios de otras enfermedades base como el dolor de pecho o el ardor o molestia para orinar, el experto recomienda que el desplazamiento al centro médico se haga con las mínimas medidas de aislamiento, usando tapabocas e incluso guantes. No hay que olvidar, por último, cuidar su salud mental. En medio de la actual emergencia, las palabras tranquilizadoras y los gestos de amor son fundamentales para mantener la estabilidad y superar la crisis, en familia.
Las personas de la tercera edad no son las únicas cuyo cuerpo es más susceptible a sufrir con más severidad los efectos del Covid-19. Los pacientes de enfermedades crónicas como diabetes, Epoc (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica), presión arterial y personas inmunodeprimidos, que reciben tratamientos médicos contra enfermedades que debilitan su sistema inmunitario, deben tener especial cuidado. Sin embargo, no necesariamente todo contagio va a producir efectos en la salud. La OMS ha señalado en varias oportunidades que cerca del 80% de las personas infectadas no desarrollan mayores síntomas que los de una gripa leve. La clave está en estar atento a las señales del cuerpo y acudir a las autoridades.
Periodista de la Universidad de Antioquia con estudios en escritura de guión de ficción y no ficción.