Pensar dos veces al tomar medidas de reapertura. Ese es el consejo que dio esta semana la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, a los países de las Américas, para poder continuar con las excepciones al aislamiento obligatorio, porque “se corre el riesgo de un resurgimiento de la covid que podría borrar los logros obtenidos en los últimos meses”.
Ese llamado es una alerta que nace desde los expertos en salud que siguen la pandemia y también desde la academia. Y es que ya hay casos de países que tuvieron que retomar la cuarentena después de haber levantado el aislamiento obligatorio porque al reanudar las actividades en las calles hubo un repunte de contagios.
Santiago de Chile es el mejor ejemplo de esa situación. La capital del país concentra el 80 % de contagios, según ha explicado el Ministerio de Salud. Para el mes de mayo, cuando avanzaba la flexibilización del confinamiento hubo, un aumento de casos del 60 % y la ciudad, centro de la economía y del gobierno chileno, tuvo que regresar a una cuarentena total desde el 16 de mayo, una restricción que sigue vigente para sus siete millones de habitantes.
Hoy, según Johns Hopkins University, Chile tiene 231 mil contagios y es el noveno país con más casos en el mundo. El problema que ocasionó ese aumento fue, en gran medida, la desobediencia de la comunidad a las medidas de salud, por lo que la justicia determinó que una persona que irrespete la cuarentena podrá ir presa hasta por cinco años. Esa clausura total lleva un mes, pero la gente sigue pasándola por alto y los enfermos continúan al alza.
“Mientras mayor sea el nivel de cumplimiento de las cuarentenas, menor será la duración necesaria de las mismas y menor el grado de restricción de la libertad y alteración de la vida de las personas”, sentenció el presidente Sebastián Piñera. Chile hizo lo que otros países vecinos de Suramérica: flexibilizar el confinamiento para reactivar la economía, una tarea que empieza a ser necesaria para los sistemas de las naciones.
El decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, Carlos Palacio, explica que la cuarentena se ha aplicado como una medida para contener la velocidad del contagio, mas no para controlar el virus. Esto quiere decir que lo que ha logrado el aislamiento en Colombia y en otros territorios es aplanar la curva, para de esta forma tener menos enfermos al tiempo y evitar un colapso en los sistemas de salud.
“Al ir abriendo el aislamiento van aumentando las posibilidades de más casos y por eso aparece una segunda ola de contagios. Abrirlo y luego regresar al confinamiento, como tuvo que hacerlo Chile, es una estrategia de acordeón. Si las personas se contagian, también pueden ir adquiriendo inmunidad en el proceso”, afirma Palacio.
Ciudad de Panamá vive un panorama similar. Hacia mediados de mayo el vecino de Colombia comenzó su nueva normalidad con la flexibilización de la actividad productiva, pero el 8 de junio tuvo que retomar la cuarentena por el alza en los contagios. Allí el gobierno aplica un aislamiento por género, con restricciones de movilidad por horarios y por número de identificación.
Y la desobediencia en Panamá, así como en Chile, es un relato que se repite. La directora regional de Salud de Panamá, Nadja Porcell, afirmó que el regreso de la clausura estuvo impulsado por el incumplimiento de las medidas de prevención, como portar tapabocas en la calle y evitar las aglomeraciones en los comercios y el transporte público.
Hasta en Alemania, un país que adelantaba pasos seguros de la nueva normalidad, también apareció un rebrote de 730 casos en un matadero de la localidad de Gütersloh. La preocupación allí es que varias naciones europeas, como España e Italia, le apuestan al regreso del turismo con sus aliados de la Unión Europea. Y España, precisamente, realizaría un piloto de viajes internacionales con la nación germana.
El director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Javeriana, Enrique Peñaloza, explica que el concepto de ‘rebrote’ se utiliza cuando se pensó que el pico de la pandemia ya había pasado y vuelven a aumentar de manera drástica los casos. “Con la medida no farmacológica del aislamiento estamos extendiendo la duración del virus para que los servicios de salud puedan soportarlo. Sin vacuna la única forma de generar inmunidad es que la gente enferme”.
Todo, por supuesto, bajo control. Lo que sucedió entre marzo y abril en España e Italia, cuando las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) llegaron a su límite y los respiradores artificiales no eran suficiente para el número de enfermos de gravedad, es la evidencia de lo que puede ocurrir si no se controla la enfermedad: muchos casos al tiempo y poca capacidad de reacción.
Aunque los orientales han obedecido las medidas, en países como China también hay repuntes. En Pekín, esta semana tuvieron que decretar un confinamiento por barrios y cerrar las escuelas que ya estaban operando ante la aparición de nuevos casos cuando esa zona llevaba dos meses sin registrar más enfermos.
Y aunque en Asia ya sucede, el coordinador de medicina interna de la Universidad CES, Juan Camilo Díaz, aclara que “esa es la menor preocupación, por ahora, para Colombia, porque ni siquiera hemos pasado por la fase del pico de la enfermedad”. Así, mientras cada continente vive por un escenario diferente, desde otros países llegan mensajes sobre la importancia de estar preparados para volver a la cuarentena.
En otros países las aglomeraciones de personas son las que han llevado a que se presenten repuntes en los contagios. Por eso el coordinador de medicina interna de la Universidad CES, Juan Camilo Díaz, dice que con las concentraciones de gente que hubo ayer en el día sin IVA Colombia puede “perder tres meses de un esfuerzo gigantesco simplemente porque hay irresponsabilidad en la sociedad. Las medidas son contradictorias. Por un lado, la ciudad pone ley seca porque es un día festivo; por el otro, habilitamos la jornada sin IVA y no nos importa que la gente esté atiborrada en espacios donde no debería. No somos conscientes de las prioridades que debemos tener”.
Periodista egresada de la facultad de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana.