Luego de cuatro años el Museo El Castillo nuevamente abre un espacio de exhibición para el arte en pequeño formato. A partir del 27 de abril la exposición Wunderkammer –la cámara del príncipe– reunirá a 106 arquitectos y artistas nacionales e internacionales en un solo espacio.
Este proyecto, bajo la curaduría de Lucrecia Piedrahíta, se basa en una búsqueda esencial: cómo el acto creativo une al arte y la arquitectura. La manera de conectar las obras en la muestra se hace a través de tres conceptos: la relación entre el ser humano y su entorno, entre la naturaleza y el paisaje, entre la vida y el arte.
Por ello, dialogan diferentes formatos: la fotografía, la pintura, la maquetación arquitectónica, el dibujo a mano, el dibujo digital, la escultura y el video.
La novedad, según Piedrahíta, es que no hay un solo arquitecto que no hubiera preparado la obra explícitamente para la exhibición.
Es el caso de Carolina Uribe Cepeda, arquitecta de la UPB que presenta su primera instalación. Desde su estudio de diseño arquitectónico se ha preocupado por integrar un componente artístico a sus propuestas. “La arquitectura te da una concepción del espacio y el habitar; y el arte da la vista sensible y una capacidad de vista y abstracción”, apunta la arquitecta.
Para Carlos Pardo, arquitecto de Obranegra, solo en ese instante en el que lo arquitectónico logra “evocar y emocionar”, es donde la estrecha relación con el arte se termina por afianzar.