Muchos lo conocen por su nombre artístico, Pala, pero a Carlos Alberto Palacio Lopera se le da también por escribir poesía. Cuando no anda componiendo canciones o dando conciertos escribe versos y estudia Filología Hispánica en la Universidad de Antioquia.
El artista paisa, que ya suma nueve discos en su trayectoria artística, celebra este miércoles otro logro a través de las letras: fue nombrado como el ganador del Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández-Comunidad Valenciana 2020 que se entrega cada año en España por su obra Abajo había nubes.
El premio lo entrega la Fundación Cultural Miguel Hernández, quien dota al escritor ganador con 8.000 euros. La obra, además, será publicada en octubre de este año.
No suele ser una persona muy nostálgica, prefiere vivir en el instante presente y siente que de eso está permeada su obra musical y literaria, pero para este poemario se decidió a mirar hacia atrás. Cumplió 50 años y “cuando uno llega a esa edad inevitablemente mira hacia atrás, es un punto de inflexión”. Miró su vida desde tres puntos de vista, que igualmente dividió en tres capítulos: su infancia, su presente y lo que espera que venga en el futuro.
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Se topó con la literatura más de cerca antes que con la música: “A la poesía llegué por influencia familiar, por mi papá, quien tenía un amor desbordante por los libros”. Fue él quien le enseñó el amor por la palabra escrita y “especialmente la poesía de Miguel Hernández”, por quien está nombrado el premio que acaba de recibir.
Creciendo, en su casa había más libros que discos y todo lo relacionado con ellos estaba dotado de reverencia y misticismo. Había algunos que no se podían tocar o que había que manipular con muchísimo cuidado, porque eran un tesoro. Su padre los reforzaba, forraba y cuidaba para preservar su existencia cuanto más se pudiera.
“Con el paso de los años me di cuenta de que escribir me hacía muy feliz”, recuerda. Primero estudió Medicina y luego se fue a Cuba a aprender música. En cuanto a ese lado de su arte, “me siento escritor de textos de canciones y siento que su fortaleza está en la letra”.
Ya había escrito otros dos poemarios Pasacintas y Así se besa un cactus. Constantemente está en contacto con los versos clásicos, los sonetos y las décimas a través de una comunidad llamada La Cofradía de la Palabra que él fundó hace más de un año.
La creó como un grupo en Facebook con el objetivo de reunir personas a las que les gustaran las formas clásicas de verso rimado en español. Dictó varios talleres sobre lo que conocía a través de esa plataforma y la comunidad ya ha sobrepasado los 1.200 miembros, que juntos comparten poesía a diario.
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A finales de mayo, Pala estrenó un nuevo disco que combina esas dos pasiones. Se titula El Siglo del Loro y según él se trata de saldar una deuda hacia el amor que le tenía a la literatura y la poesía escrita, especialmente al soneto. “Ya llevaba muchos años escribiendo sonetos, había estudiado la literatura del Siglo de Oro en la Universidad de Antioquia y dije: hay que hacer un álbum en el que declare mi amor por el soneto”.
Escogió compañeros en esa gesta, cantautores nacionales y extranjeros que compartieran con él este homenaje a las letras. Contó con la colaboración de Marta Gómez, Jorge Drexler, Rozalén, Pedro Guerra, El Kanka, Santiago Cruz, El David Aguilar, Loli Molina, Javier Ruibal y Alexis Díaz Pimienta para cada una de sus canciones.
