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Las esculturas a veces no son solo para ver, algunas necesitan la interacción del público para completarlas, como sucede con las instalaciones. En Parques del Río hay una en forma de herradura, parece una silla en media luna hecha en acero corten (usado en exteriores) y pintada de blanco para que no se caliente y el público se pueda sentar. El artista la hizo como un espacio para conversar e intercambiar ideas, como si fuera una pequeña acrópolis.
La creación es de Federico Ortegón y hace parte de las diez nuevas estructuras en espacio público que tendrá Medellín. El proyecto lo realiza la Secretaría de Cultura Ciudadana desde 2019 y busca darle sentido al territorio urbano y su renovación.
Cuatro fueron instaladas y recibidas por la Alcaldía en diciembre. Al finalizar el primer trimestre del año, se espera entregar oficialmente las restantes.
Cuatro lugares de Medellín recibirán las 10 piezas. El Paseo Bolívar del Centro tendrá el “Monumento a la protesta” de Juan Guillermo Caicedo; “Remanentes” de Jhon Fredy Álzate Gómez; y “La corona del aire” de Víctor Andrés Muñoz Martínez. En el Paseo La Playa, cerca al Teatro Pablo Tobón Uribe, estará “El Cronista” de Alejandro Tobón. En el Cerro Nutibara se repuso una escultura de Ronny Vayda que había sido saqueada.
En Parques del Río, etapa 1B, serán cinco: “Sustratos y memorias” de Gloria Posada; “Estructura para tótem (pabellón de los mitos de la selva)” de John Mario Ortiz Urrego; “Resiliencia natural” de María Angélica Teuta Echeverri; “Una conversación tan larga como sea posible” de Federico Ortegón Pérez; y “Desde donde te pares” de Mario Vélez.
Esta última es un anillo en el piso con acero espejo acompañado con dos figuras ovoides de concreto, polvo mineral y resinas (foto). Según el artista, el centro es el río Medellín, aunque la pieza completa refleja la unión del cielo y la tierra a partir del agua.
“Es un objeto cargado de energía. Es para contemplar, pero la gente lo ha asumido de otra manera”, comenta Vélez. Explica que aunque la obra aguanta que se paren en ella, ya ha visto personas patinando adentro, que no es el uso.
Las esculturas fueron comisionadas por convocatoria pública y elegidas por tres jurados: el decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, Gabriel Mario Vélez Salazar; el curador jefe del Museo de Antioquia, Carlos Uribe; y el comisario independiente Conrado Uribe.
Según este último, se miró la pertinencia, viabilidad, variedad y pluralidad de lenguajes. “Algunas coquetean con el urbanismo, como las de Federico Ortegón y Mario Ortiz. Dialogan con el paisajismo y con la gente”.
Destaca la de Gloria Posada, conceptualmente “muy sólida”. Su propuesta es una gran columna que evoca las grecorromanas en alusión a cómo se ha construido Medellín. “Ella es conocedora de esos procesos urbanos y arquitectónicos de la ciudad”.
Algunas de las piezas se van a articular con las intervenciones paisajísticas, “casi al punto de perderse”, mientras que hay otras con lenguajes más contemporáneos, como sucede con la de Angélica Teuta, que irrumpe en el panorama.
“No son los típicos monumentos en bronce que recogen y celebran las hazañas de prohombres”, explica.
La Secretaría de Cultura espera lanzar el proyecto de esculturas al finalizar el primer trimestre de este año para que los habitantes puedan “disfrutar de una manera distinta la ciudad y de cómo el arte puede aportar a la renovación urbana”, indica la secretaria Lina Gaviria.
El escultor Federico Ortegón quiso hacer su propuesta en conmemoración a las conquistas cívicas que ha hecho Medellín. “Me interesa seguir esa tónica de que la ciudad está conquistando una conversación propia y un espacio de civilidad”.
La pieza tiene forma de herradura que se cierra en las puntas, mide 28 metros extendida y la parte exterior está inclinada como si fuera la proa de un barco: “No divide sino que es un intento de que la gente se pueda reconocer; hay árboles para que hagan sombra”. Federico espera que crezcan y que haya público a su alrededor.