La tristeza fundamental, como bellamente llama la psicología a la melancolía, no alcanza a definir aquella en la que parecen habitar algunos poetas.
No la alcanza a definir porque esa que la disciplina dedicada al estudio de la conducta y los procesos mentales de los individuos considera un desarreglo mental, se caracteriza por la falta de iniciativa.
En cambio en ese estado en el cual se sumergen algunos seres, la creación es no solo posible sino permanente.
Esta es a la que alude Óscar González en El libro del tratado de la melancolía.
“La melancolía propicia el deseo de conocimiento”, asegura el autor, heredero del surrealismo y del dadaísmo, pero que a la hora de hablar quiere estar despojado de todo eso.
Un libro raro. Tiene de ensayo, de poesía y de narrativa también. En él, un personaje innombrado, digámosle el melancólico, y sin relaciones con los otros ni con lo externo, está en la tumba y desde allí habla, observa el entorno. No puede estar relacionado más que con él mismo.
“En lo que llamamos ‘la realidad’, la relación de cualquier individuo con los otros, con lo externo, está vulnerada por la comunicación; la comunicación está contaminada por miedos invertebrados. No hay certezas, aunque las personas, en general, mantengan un vínculo de dependecia con lo seguro, con lo concreto. Huye de lo que considera que no tiene asidero, que no tiene sustancia, pero estos, el asidero y la sustancia, son solamente ilusión”, dice.
Pincel de hierba, La trompeta de mercurio, otros libros de este autor, son, como este, una provocación. Un desafío a los lectores en varios sentidos: los enunciados contradictorios, a veces absurdos; la idea del ser humano como criatura más que limitada cuya única esperanza (?) es la búsqueda de conocimiento, y hasta el lenguaje, críptico, sí, porque es que el tema es insondable, de riesgo, de laberinto mental.
“Es mi rebelión contra las formas establecidas”.
Y en cuanto al título, ¿por qué las palabras libro y tratado? “El tratado me obliga a ser racional; el libro, instintivo. Este libera al anterior por medio de la melancolía”.
