El poeta, ensayista y periodista Róbinson Quintero Ossa falleció este jueves 23 de octubre en El Carmen de Viboral, tras sufrir una afección repentina en su casa. La noticia fue confirmada por el escritor Jaime Fernández Molano, quien relató que el autor fue hospitalizado de urgencia, pero no logró superar el cuadro médico posterior a una cirugía que se le practicó.
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Nacido en Caramanta, Antioquia, en 1959, fue una de las voces más sólidas y discretas de la poesía colombiana contemporánea. Licenciado en Comunicación Social y Periodismo por la Universidad Externado de Colombia, dedicó su vida a la literatura desde múltiples frentes: la escritura, la docencia y la investigación.
Autor de títulos emblemáticos como De viaje (1994), Hay que cantar (1998), La poesía es un viaje (2004) y El poeta es quien más tiene que hacer al levantarse (2008), Quintero exploró con sobriedad la cotidianidad, la infancia y los oficios humanos desde una mirada íntima y contemplativa. Su poesía, como señaló el periodista Jaime Darío Zapata, “no es explosiva ni grandilocuente, sino que arropa una tradición más silenciosa y anclada en las imágenes claras y la pureza idiomática”.
Además de poeta, fue un investigador literario minucioso. En 2010 compiló Colombia en la poesía colombiana: los poemas cuentan la historia, ganador del Premio Literaturas del Bicentenario del Ministerio de Cultura, y fue coautor de Historia de la poesía colombiana junto a Luis Germán Sierra. Su trabajo como periodista cultural se plasmó en libros como 13 entrevistas a 13 poemas colombianos (2008) y El país imaginado (2012), donde logró acercar la poesía al lenguaje del periodismo con rigor y sensibilidad.
Durante décadas, Quintero impulsó espacios de formación y difusión poética. Dirigió talleres para la Casa de Poesía Silva, el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) y la Red de Bibliotecas de Comfenalco; coordinó la IX Escuela Internacional de Poesía del Festival Internacional de Poesía de Medellín, y fue colaborador habitual de revistas como Puerta de combate, Ulrika, Luna de Locos, Sibila y La otra. En los últimos años, se dedicó a su proyecto La máquina de cantar, una “carpa ambulante” de juegos literarios con la que combinaba poesía, música y pedagogía.
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Su muerte deja un vacío en la generación de poetas que, desde los años ochenta, renovaron la voz lírica colombiana con una escritura más sobria, reflexiva y cercana a la experiencia humana, pues fue, en esencia, un autor de la palabra honesta, de versos sin estridencias pero de profundidad constante.
En su poema Hombre que da una vuelta a su casa, escribió:
“La poesía no tiene horario,
se escribe no cuando uno quiere
sino cuando ella —la poesía— quiere”.
Y en Trupillo, comparó la escritura con la sombra de un árbol:
“Como tú con las ramas el poema con las palabras,
parte y reparte la sombra.
Y ella se derrama.”
Desde ahora, sus versos quedan como testimonio de una vida dedicada a nombrar lo cotidiano con asombro y a hacer de cada palabra un gesto de permanencia.
- ¿Cuáles son los libros más reconocidos de Robinson Quintero?
- Entre sus obras destacan
De viaje,
La poesía es un viaje,
Hay que cantar y
El poeta es quien más tiene que hacer al levantarse.
- ¿Qué aportes hizo Robinson Quintero a la poesía colombiana?
- Renovó la voz lírica desde los años ochenta con una escritura sobria y reflexiva, y promovió espacios de formación poética en Antioquia.
- ¿Dónde se puede leer la obra de Robinson Quintero?
- Sus libros están disponibles en bibliotecas, librerías independientes y plataformas digitales especializadas en literatura colombiana.