Que los perros y gatos son las mascotas que reinan en las preferencias de los interesados en la compañía animal no hay dudas, pero a su sombra, los peces se han ganado su espacio en casa, aunque no siempre como corresponde.
Tener especies no autorizadas para su uso ornamental, además de tenerlos en ambientes no idóneos, son solo algunas de las prácticas que los compradores realizan.
El Comandante de la Policía Ambiental en Antioquia, teniente Óscar Céspedes, informa que la imprecisión más común es creer que cualquier pez se puede tener en una pecera, cuando existen las especies exóticas y silvestres, y para empezar hay que saber cuál es la diferencia entre ambas.
Las primeras son aquellas que se pueden distribuir y tienen la capacidad de sobrevivir por fuera de su ambiente natural, algo que no ocurre con las silvestres, que no se adaptan a la domesticación, y por ende su comercialización no está permitida.
Son silvestres, por ejemplo, el pez payaso, los corales y las anémonas, todas en peligro de extinción.
Sin embargo, Luis Kamil Buitrago, biólogo y divulgador del Acuario del Parque Explora, afirma que no todas las especies exóticas son aptas para el uso ornamental, es decir para tener en una pecera en casa, y su conservación es permitida con fines investigativos. Las pirañas, el temblón, la anguila eléctrica son algunas de ellas.
Los peces más comunes en casa son los goldfish o bailarinas, los guppys, los cíclidos africanos o americanos, bettas, discos, tetras, entre otros. Mauricio Posada, socio del Acuario Calypso, sitio tradicional con dos sedes en Medellín, cuenta que pueden ofrecer hasta 120 variedades.
Algunas especies, agrega, no pueden convivir con otras, como ocurre con el Óscar, que cuando está pequeño no pone problema pero más grande se devora a los demás.
El código penal, en su artículo 338, establece sanciones para quien comercialice especies silvestres, por el aprovechamiento ilegal de la fauna, explica el comandante de la Policía Ambiental.