Una virgen de la Dolorosa que expresa, efectivamente, un profundo dolor, como si de verdad le atravesaran el corazón las espadas, es una de las obras de la exposición colectiva de la Casa de la Cultura Miguel Uribe Restrepo, de Envigado.
Es del artista Rafael Sánchez García, un español radicado en Envigado hace cuatro años, quien aprendió esa tradición, luego de haber terminado sus estudios en la escuela de artes, en el taller de un viejo escultor de su tierra. Este, a su vez, la conoció de artistas anteriores. Cadena que se remonta en los siglos.
“En la escuela te enseñan lo básico —afirma Rafael, uno de los autores que inaugura la sala de arte de la restaurada Casa de la Cultura—, pero la imaginería debe ser en taller”.
Esa Dolorosa es una escultura en terracota, lo mismo que un Jesucristo yacente, es decir, muerto, que es la maqueta de una talla en madera que prepara para el templo de San Rafael, de Envigado.
Porque la imaginería religiosa, explica, abarca varias técnicas: dibujo, modelado, talla y pintura.
Miguel Ángel Betancur es otro de los exponentes. Tiene allí seis de sus mujeres. Cuatro terracotas, un granito esmerilado y un concreto patinado.
Las terracotas son mujeres que exhiben su anatomía a través de leves velos transparentes, hechos del mismo material. El concreto es la obra Pigmalión y Galatea, seres de la mitología griega. “Pigmalión no halló pareja que le satisfaciera y se enamoró de su escultura de piedra”.
Betancur dice que representa el amor del artista por su oficio. Y el granito es la obra Mírame, yo soy la esencia, un desnudo con el que muestra la médula de su trabajo: la mujer.
Belarmino Miranda, Jorge Valderrama, Darío Tabares, Gustavo Rendón, Sonia Tamayo, Álvaro Lotero, Libertad Samaria, Margarita Gómez y Héctor Fabio Castaño son otros artistas de la exhibición.
Juan José Saldarriaga, el curador, dice que la exposición integra técnicas y estilos diversos, de modo que lo clásico y lo contemporáneo entren en diálogo.
