Rafael Nadal había dicho que su condición física no aguantaría el desgaste de las dos semanas de un torneo de Grand Slam. Como mucho esperaba ganar uno o dos partidos, y cualquier triunfo adicional sería considerado como un regalo.
Tomas Berdych confirmó ayer que las palabras del español no eran un cuento.
Nadal, quien jugó apenas ocho partidos desde junio de 2014 por lesión y enfermedad antes de llegar a Melbourne Park, cayó 6-2, 6-0, 7-6 (5) ante Berdych en los cuartos de final. El checo frenó una racha de 17 derrotas ante el español.
“Es obvio que necesitaba algo más para ser más competitivo”, dijo Nadal, inactivo buena parte del año pasado por una lesión de muñeca y una operación de apéndice. “El proceso nunca es fácil. Cuando tienes lesiones, volver es difícil. Pero sin estar a mi mejor nivel de tenis pude estar en cuartos de final”.
Las otras semifinales masculinas se decidirán hoy, cuando Novak Djokovic se mida a Milos Raonic, y el defensor del título, Stan Wawrinka, juegue con el finalista del Abierto de Estados Unidos, Kei Nishikori.
Berdych enfrentará a Andy Murray, que venció 6-3, 7-6(5), 6-3 al australiano Nick Kyrgios. El local remontó una desventaja de dos sets y levantó un punto de partido el domingo en la cuarta ronda ante Andreas Seppi, el italiano que eliminó a Roger Federer en tercera ronda .