Por Jessica Quintero serna
Si algo de atractivo tiene la edición 58 del Clásico RCN-2018 es su trazado.
Los 1.264 kilómetros que recorrerá la caravana ciclística agrupará el tríptico montañoso más importante del relieve colombiano, que, en menos de una semana, probará las condiciones de los 166 pedalistas que desde mañana entrarán en competencia.
Por primera vez en la historia de esta carrera, se tendrán los cuatro ascensos más exigentes de las carreteras nacionales: La Línea (entre Quindío-Tolima), Letras (Caldas-Tolima), alto de Minas (Antioquia) y el Salto del Tequendama (Cundinamarca).
Héctor Palau, director general del evento, señala que aunque las cuatro cimas han sido parte del trazado de la carrera, querían tenerlos en una misma edición para hacerla mucho más exigente.
“Esta será la competencia más montañosa de los últimos años, la de más dureza para los corredores, que van a afrontar importantes retos en menos de una semana”.
La idea, según Palau, es innovar el recorrido con el fin de generar espectáculo, “más aún en un país como Colombia, donde nos consideramos escaladores puros”.
El primer reto en la montaña aparecerá en la tercera etapa entre Calarcá (Quindío) y Anapoima (Cundinamarca), con el ascenso a La Línea. Serán 21 kilómetros que comenzará a descubrir quiénes son los hombres que llegaron más fuertes a la prueba.
Al día siguiente, en la cuarta fracción que se correrá entre Anapoima y Funza (Cundinamarca), se tendrá la dura subida al Salto del Tequendama, premio de montaña de categoría especial.
La montaña vuelve a a aparecer en la jornada 7, entre Mariquita (Tolima) y Manizales, en la que el pelotón se topará con el alto de Letras, con cerca de 60 km de subida, un premio fuera de categoría y que tendrá como antesala un puerto de primera en Fresno.
El último reto que enfrentarán los ciclistas será el paso por Minas, en suelo antioqueño, en la octava fracción. Para coronar el premio de categoría especial se recorrerán 40 kilómetros en subida.