Luego de una crisis hace cuatro años, el club Ciudad Marina se fortaleció y, como una familia, salió adelante para demostrarle a la ciudad que no iba a renunciar tan fácil.
El club nació nueve años atrás de la unión de varios estudiantes de la Universidad Nacional, a quienes les surgió la idea de hacer buceo y dedicarse al rugby subacuático, pero tras los inconvenientes solo permanecieron seis atletas.
“Fue muy duro, nos sentamos a la mesa y pensamos en qué íbamos a hacer porque la mayoría de gente se fue para otros clubes”, cuenta Daniel Velásquez González, uno de sus integrantes y quien vive enamorado de esta práctica gracias a su tradición familiar pues Eugenia, su madre, es cofundadora.
Ahora Ciudad Marina está más fuerte que nunca. Sus 60 miembros, distribuidos en tres categorías (A, B y el equipo femenino), buscarán desde este viernes, en el torneo nacional, demostrarles a sus principales rivales, Orcas y Ecomares, que están listos para hacer parte de la élite.
Para Juan Manuel Granda, presidente y fundador del club, los chicos están felices de poder participar en el certamen. “Por sus características, el grupo ha tenido un proceso muy rápido. En el poco tiempo que llevan, estos chicos aprendieron el triple de lo que yo he visto en el desarrollo normal de un equipo”.
Juan Camilo Patiño, entrenador y encargado de la preparación física, asegura que el trabajo de todo este año está enfocado en el desarrollo técnico de los deportistas y al manejo dentro del agua.
Pero más que las competencias, lo que define al club, o como diría Daniel, lo que hace que los integrantes tengan una “mentalidad Ciudad Marina”, es el ideal del rugby como un estilo de vida que, además, los hace sentir como en casa.
Y aunque todos tienen personalidades y profesiones diferentes, todos se unen alrededor del juego y el equipo como lo sostiene el jugador Sergio Andrés González. “Siempre tenemos mucho por aprender en esta actividad; los amigos de acá se convierten en los de siempre por la cantidad de tiempo que pasamos juntos”.
