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Sin perder su jocosidad, pero más maduro como persona y entrenador, Hernán Darío Bolillo Gómez disfruta de su presente como técnico de Panamá, Selección con la que realizó la gesta de clasificar al Mundial de Rusia. Aprovechamos las estadía de él en el país para dialogar sobre varios aspectos relacionados con su vida y su carrera.
¿Cómo vive esta nueva clasificación al Mundial?
“Fue muy emotivo en la forma como terminó, estamos muy ilusionados y esperanzados. Ya llevo varios mundiales y uno va quedando en la historia de los países. En Panamá la gente es muy tranquila, noble y se siente muy agradecida por lo que hacemos. La voz de aliento es impresionante y me siento muy contento de que me demuestren que nos quieren tanto. Además me da mucha alegría llegar a Colombia y sentir también todo ese cariño y el que se le valore a uno lo que se hace afuera”.
¿Dejó atrás los momentos difíciles?
“Cometí un error inconsciente, pero ofrecí perdón y demostré que no iba a ser una persona que me iba a quedar enterrada ahí. De eso hace ya seis años y jamás se va a borrar pero querer seguir restregándomelo no me parece justo y más cuando yo no soy esa clase de personas. El que es malo es malo toda la vida, cometí un error como todos los seres humanos, lo reconocí y estoy seguro de que me pasaré toda la vida tratando de enmendarlo”.
¿Estos triunfos le caen muy bien?
“Sí porque para eso seguí trabajando, mi familia está recuperada. Estos son éxitos que desde el momento que me equivoqué le venía pidiendo a Dios, estuve cerca con el subtítulo del Medellín en 2012 y cada que llegaba a algo importante se me caía, pero seguía firme con mi fe y diciéndole al Señor que quería que me diera una señal de que estaba haciendo las cosas bien, y se dio con la clasificación de Panamá al Mundial”.
¿Cómo ve el fútbol colombiano?
“Siempre me ha gustado, los jugadores de acá también. Ha sido un país que ha evolucionado mucho a nivel internacional, en el Mundial de Brasil dio espectáculo, volvió a ganar con Nacional una Copa Libertadores, sus equipos pelean en los torneos que están presentes en Suramérica. Lo que me gustaría es que en una época había un estilo y una identidad para todos. La Selección lo tiene, pero a los equipos les ha costado y cada uno tiene su propio estilo sin unanimidad”.
¿Cuántos mundiales son ya?
“Como técnico o asistente, con la clasificación de Panamá, ajusté cinco y también estuve como comentarista en Alemania 2006, o sea seis. También creo que dejé algunas bases importantes que Pekerman supo fortalecer para lo que fue la Selección Colombia que clasificó a Brasil-2014”.
¿A qué aspira en Rusia?
“Panamá es el equipo más joven, debuta en un Mundial. Había un sueño que era clasificar y vamos a tratar de hacer una presentación muy digna. Nos tocó un grupo fuerte, pero vamos a estar ahí y eso hay que disfrutarlo”.
¿Qué le gusta hacer cuando visita el país?
“Me gusta buscar a Pacho Maturana y estar con él, además nos juntamos a hablar mucho de fútbol entre amigos. El profe Carlos Navarrete nos ha llamado para invitarnos siempre a su casa y es un placer ir y encontrarnos con toda la gente cercana. Nos reunimos en fincas con las familias. En Panamá extraño mucho los pueblos de Antioquia. Me gusta lo simple, la vida mía es simple”.
¿Cómo observa a Atlético Nacional y al Medellín?
“Ambos son patrimonio de Antioquia, los quiero mucho. Nací siendo hincha del Medellín por mi papá y después Nacional me dio todo como técnico. El rojo me abrió las puertas en el momento más difícil de mi vida, siempre quiero que ambos estén en los primeros lugares y lo merecen. Sin embargo, los formatos actuales de los torneos hacen tomar las decisiones ligeras que se están tomando ahora. Torneos tan cortos no dan para que un técnico haga su proceso y no solo pasa en Nacional y Medellín, también le pasó a Pacho en el Once”.
¿Es fácil ser campeón en Colombia?
“Con todo respeto, sí más fácil y barato que antes por la cantidad de torneos que se juegan. Nosotros trabajábamos de enero a diciembre, había un certamen largo y los técnicos podían hacer una pretemporada y un proceso. Tenían esa tranquilidad para trabajar. Ahora les toca pedir dos o tres jugadores y vamos a ganar, porque si en dos o tres partidos no has ganado te echan y los jugadores salen cinco y entran cinco y así sucesivamente. Los títulos de Copa Libertadores no se ganan de la nada y, por ejemplo, en Nacional eso le pasó factura a Lillo que no tuvo la misma nómina de Juan Carlos Osorio o Reinaldo Rueda. A Nacional le exigen ser campeón cada seis meses. Medellín tenía nómina en 2017 para hacer una mejor campaña, pero no sé que pudo haber pasado. Son equipos que tienen que estar en finales por su capacidad, pero los torneos cortos no dan para formar estilos y dar espectáculo”.
¿Qué es lo más duro de dirigir en Panamá?
“Hace poco está evolucionando en el fútbol, porque los deportes fuertes allá eran el boxeo y el béisbol, entonces hay que formar la mentalidad del futbolista, que crean que son buenos y tratar que existan mejores canchas. Los muchachos que juegan afuera me ayudan mucho”.