Independiente Medellín necesita de una victoria urgente que le devuelva la confianza para jugar otra vez, como dice la canción, “fútbol del bueno”.
Hasta la derrota con el River Plate (3-1), por Copa Libertadores, el equipo rojo venía mostrando solidez en su campaña pese a haber caído en el clásico ante Nacional, por idéntico marcador (3-1).
Perder en casa ante el club argentino generó dudas en la hinchada, el cuerpo técnico y los jugadores. Después vino la derrota ante Bucaramanga, también en el Atanasio lo que obligó al técnico Luis Zubeldía a experimentar ante el Emelec ecuatoriano, pero no le salió el ensayo y regresó con el 1-0 en contra.
De ahí la importancia del duelo de esta tarde ante Rionegro Águilas, porque, además de mantenerse como escolta de Nacional en la Liga Águila-1, el triunfo permitiría apaciguar las aguas en el rojo de la montaña y ampliar su dominio ante el club del Oriente antioqueño.
“Estamos convencidos de que un triunfo pone las cosas en su lugar. Venimos haciendo una buena Liga, somos segundos y en Copa no hemos perdido las opciones de clasificar”, opinó el volante Luis Carlos Arias.
La última derrota del club escarlata ante Águilas fue el 6 de octubre de 2013 (1-0). Desde aquella oportunidad han pasado casi tres años y 12 enfrentamientos entre ambos.
Medellín ganó seis veces y los otros seis encuentros terminaron igualados.
“Ellos necesitan el resultado para poder seguir con opciones de clasificar y nosotros queremos cortar esta racha de partidos en los que no hemos podido ganar”, manifestó el defensor Hernán Pertuz.
El duelo ante el Rionegro sirve para que el rojo renazca y enderece el camino. Aún está a tiempo y en el grupo se nota el compromiso necesario para que lleguen nuevamente los resultados positivos, ojalá sea desde esta tarde.
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