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En Bakú, Azerbaiyán, a 3.975 kilómetros de distancia de Londres, se disputa hoy (2:00 p.m.) la final de la Europa League entre Arsenal y Chelsea.
El juego ha estado plagado de polémicas en la víspera. La enorme distancia entre países impidió que miles de hinchas ingleses llegaran a disfrutar del encuentro. La Uefa solo otorgó 6.000 boletas a cada afición en un estadio con capacidad de 70.000 asientos.
Pero lo peor llegó con la ausencia de la figura del Arsenal, el armenio Henrikh Mkhitarián, quien no viajó a Azerbaiyán por riesgos de seguridad, pues actualmente ambos países tienen una lucha geopolítica por un territorio fronterizo, lo cual impide el ingreso de ciudadanos de un país al otro. Aunque las autoridades azerís aseguraron que el jugador tendría todas las garantías, él decidió no viajar.
Con todo este caos de fondo, los dos equipos londinenses se enfrentarán por primera vez en una final europea. Arsenal buscará su primer título internacional, mientras Chelsea va tras la segunda corona en este certamen.
El partido de estos dos colosos del fútbol inglés servirá de preámbulo para la final de Champions League, entre Liverpool y Tottenham, en Madrid, este sábado.