Desde Suiza, donde espera la confirmación de su nuevo club en Europa, el delantero Robinson Blandón Rendón habló con EL COLOMBIANO sobre la experiencia y lo que significó jugar en la Liga de Eslovaquia.
Se podría decir que el paisa es un arriero, de esos que recorren caminos en busca de sus metas, pues a sus 25 años, ha militado en ligas de México, Costa Rica, Venezuela, Colombia y Eslovaquia, sumando experiencias, fútbol y anécdotas.
A los 4 años, se inició en el club de Telecom (ya desaparecido), y desde entonces siguió en las canchas, marcando goles, y soñando con llegar tan lejos como esos jugadores a los que veía en su infancia, a través de los vídeos y por la televisión.
“Cuando estaba pequeño me gustaba ver vídeos de Faustino Asprilla, Adolfo Valencia, Samuel Eto'o y el brasileño Ronaldo, quienes militaban en el fútbol de Europa, ellos fueron mi inspiración”, comenta.
Alirio García García, presentante legal, entrenador y fisioterapeuta del club, recuerda a Robinson como un futbolista talentoso, de gran manejo de balón y gol.
“En un jugador con mucha habilidad para el espacio corto y mucha potencia para irse adelante con el balón, además siempre se destacó como un gran definidor”, concluye.
Condiciones que lo han llevado a jugar en diferentes ligas, la más reciente en Eslovaquia, donde marcó seis tantos en 11 partidos como titular, disputados en el segundo semestre del año pasado, tras la reactivación del fútbol, luego de la cuarentena por la pandemia del coronavirus.
“Creo que llegar a México tan joven, a los 17 años, me sirvió mucho para ser fuerte mentalmente y buscar mis sueños. Gracias a Dios y a mi talento se me han abierto muchas puertas y siempre trato de aprovecharlas las oportunidades”, afirma el paisa.
Por ahora, Robinson está en Suiza, en casa de su hermana Rubi “Lala” Moreno Blandón, mientras se define su futuro, el cual podría ser en Portugal o Bulgaria, ligas de las que tienen propuestas.
¿Cómo fue la experiencia de vivir en Eslovaquia?
“Fue duro, además porque me tocó el tema de la pandemia allá, solo, en un país en el que no entiendes el idioma, entonces me tocó que aprender a comunicarme por señas. Luego, gracias a la convivencia logré hacerme entender de mis compañeros, de la gente, pero fue complicado”.
¿Qué fue lo más difícil?
“Son culturas muy diferentes, la gente es muy fría, nadie te pregunta cómo estás, cómo está tu familia, pero afortunadamente el club me pagó todo, y luego de estar en la casa de concentración me pasé para un apto, en un edificio en el que estábamos todos los extranjeros del club (Inglaterra, Serbia y Ucrania) y con ellos me fui acompañando, hasta hacer una fuerte amistad”.
¿Cómo fue el proceso de la pandemia?
“Dejamos de entrenar como dos meses, entonces nos tocaba hacer algunos movimientos en casa, trotar, pero todo en cuarentena, ya cuando se dio vía libre para el torneo logré destacarme, hacer las cosas bien, marqué 6 goles, dos por la Liga y los demás en la Copa”.
¿Qué le decía el entrenador? ¿Cómo hizo para comunicarse con él?
“Prácticamente no me decía nada, yo llegaba y en los entrenos lo que buscaba era hacer mi juego, eso le gustó y por eso me gané la titular. Mentalmente fui fuerte, viví todo el año solo, entrenando, aprendí varias palabras básicas de inglés y con eso me defendí”.
¿Y ha pensado en estudiar inglés?
“Si la verdad quiero hacerlo en un instituto que sea certificado, además también he pensado y quiero empezar a estudiar sicología, porque siento que soy muy bueno para el diálogo, me gusta interactuar con la gente, tengo ese don para llegarle a las personas y esa profesión me gusta”.
¿Ahora que está en Europa que metas se ha puesto?
“Seguir haciendo las cosas bien para que se puedan abrir las puertas de una liga más competitiva, no es fácil porque hay mucha competencia, pero mi sueño es poder jugar en Alemania, Inglaterra o España, por ahora voy paso a paso”.
¿Y sueña con la Selección Colombia?
“Claro, no es fácil, toca trabajar muy fuerte, pero espero que ahora, que ya estoy en Europa, pueda tener la oportunidad, tengo que seguir haciendo las cosas bien para que me puedan ver, sería muy lindo poder representar al país”.
¿Qué extraña de Medellín?
“Además de mi hijo Isaac Blandón Díaz, mi esposa, mi familia, es difícil porque desde el 7 de enero de 2020 no he podido verlos, estar con ellos, pero sé que tengo que luchar por mis sueños, por que uno no está bien siempre, entonces toca que ser fuerte y pensar en brindarles lo mejor a ellos para un mejor futuro”
