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El gol olímpico que inmortalizó a Marcos Coll
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Coll murió este martes a los 81 años. FOTO COLPRENSA -
Seleccion Colombia 1962. FOTO ARCHIVO EL COLOMBIANO
06 de junio de 2017
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Era el primer Mundial de Fútbol del la Selección Colombia. 1962 fue el año en el que un onceno cafetero, dirigido por el argentino Adolfo Pedernera, consiguió su cupo a la cita orbital, en la que se mediría a otras quince selecciones. Argentina, Brasil, Uruguay, Italia, México y Chile, la anfitriona, eran algunas de ellas.
La clasificación de la tricolor al Mundial de Chile fue inusual. En 1961 Colombia disputaba su cupo ante sus similares de Bolivia y Perú, pero los verdes se retiraron en el camino. Y la clasificación terminó definiéndose ante los Incas, en un duelo de ida y vuelta.
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Colombia se impuso en la serie 1 gol por 0 en Bogotá y en Lima cerró su paso con un empate a un gol.
Un año después llegó la cita mundialista. Colombia inició el certamen en el grupo A, en el que debía medirse ante Yugoslavia, la Unión Soviética y Uruguay, esta última con la que debutó el miércoles 30 de mayo de 1962 -hace 55 años- con una derrota 2 tantos por 1.
Seleccion Colombia 1962. FOTO ARCHIVO EL COLOMBIANO
Sin embargo, los ánimos no decayeron y, cuatro días después, el 3 de junio, llegaría el momento en el que aquella novata selección pasaría a la historia. En esa tarde chilena, Colombia se enfrentó en su segundo partido a la Unión Soviética en el estadio Carlos Dittborn de la ciudad de Arica.
Los rivales sonaban como fuertes favoritos a llevarse el título porque tenían en sus filas al que fue considerado mejor arquero del mundo, Lev Yashin, conocido como la Araña Negra, apodo que hacía referencia a los colores oscuros de sus uniformes y a la impresión de tener ocho brazos para atrapar la pelota.
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Colombia poco pudo hacer ante la máquina Soviética y en la primera parte ya iba perdiendo 3 goles por 1. Pero en la segunda mitad, el panorama cambió para los cafeteros, que lograron empatar el encuentro gracias a una diana que marcó la historia de los mundiales.
“Marcos Coll se perfila, hace el envío con pierna derecha, la bola va al arco... y se metió la pelota. Gol de Colombia. Gol olímpico de Colombia”, se escuchó en la voz del locutor Gabriel Muñoz López, quien le contaba al país el hito que aquel mediocampista barranquillero marcaba en la historia del fútbol.
Años después, Coll, el único jugador en la historia del fútbol en marcar un tanto olímpico en un Mundial, narraría su hazaña, esa que ningún otro deportista ha podido igualar.
“El balón hizo un efecto tipo carambola de billar, picó en el borde de la raya y se le metió a ese monstruo llamado Lev Yashin “, recordó Coll en diálogo con EL COLOMBIANO en 2012.
El raro gol asombró a las más de 8.000 personas presentes en el estadio ese 3 de junio que, “sin dejar de aplaudir se miraban entre sí como preguntándose si entró o no el balón en el cobro, Marino Klinger, fue el primero en felicitarme y luego se vinieron todos mis compañeros a darme un abrazo que todavía me hace estremecer”, relató el exfutbolista.
Coll comentó, además, que “ese gol acabó con los soviéticos” porque, después de la anotación, Colombia marcó entre esa conquista (el segundo) y el cuarto (para el empate), tres goles en nueve minutos, que le permitieron sumar el único punto en territorio chileno.
Y aunque la Selección no trascendió en su primer Mundial, -el 7 de junio finalizó su actuación al caer por goleada 5-0 con Yugoslavia, el gol de Coll, que este martes se despidió del mundo terrenal, mantendrá siempre vivo un recuerdo que, hasta ahora, nadie ha podido imitar.
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