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Daniel Torres, volante del DIM, dice que Dios, el fútbol y la familia le dan sentido a su vida

El mediocampista de 33 años es uno de los referentes llamados a trabajar por la recuperación del equipo en este inicio de temporada.

  • Daniel Torres, quien en el 2011 también visitió la camiseta de Atlético Nacional, lleva dos temporadas en Independiente Medellín, la primera entre 2015 y 201 6 y la segunda desde 2022 para acá. FOTO Camilo suárez
    Daniel Torres, quien en el 2011 también visitió la camiseta de Atlético Nacional, lleva dos temporadas en Independiente Medellín, la primera entre 2015 y 201 6 y la segunda desde 2022 para acá. FOTO Camilo suárez
10 de febrero de 2023
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El cabello blanco que hace sobresalir al jugador Daniel Torres en el terreno de juego, lejos de ser un motivo de vergüenza, es algo que lo enorgullece.

La cotidianidad de este jugador de 33 años, oriundo de Cáqueza, Cundinamarca, gira en torno al fútbol, la familia y Dios. El integrante del DIM, hijo de Hugo y Yolanda, contó en entrevista con EL COLOMBIANO detalles desconocidos de su vida personal.

¿Por qué llegó al fútbol?

“Mi papá fue un buen futbolista, jugaba de delantero, solo que se lesionó. Él se presentó a Millonarios, pero tuvo un problema en la rodilla y en esa época a quien le pasaba eso, ante la dificultad de la recuperación, quedaba prácticamente descartado para el fútbol. Igual fue profesor de Educación Física y participaba con frecuencia en los Intercolegiados, entonces me llevaba y me contagié de eso. Luego ya me llevaron a una escuela de fútbol en Cáqueza y entonces se dio la oportunidad de hacer unas pruebas en Santa Fe, me presenté a ellas y a partir de ahí pude llegar a las divisiones menores y empecé a crecer”

¿Cómo está conformada su familia?

“Por mi esposa Natalia Pabón y dos hijos: Manuel, que tiene 14 años, y Ana Luna, de 7”.

¿Quiere que su hijo le siga los pasos?

“A él le gusta el fútbol, esa es la idea que tiene, es su sueño. Considero que juega muy bien, ya veremos. Dios mediante sí está dentro del propósito que él tiene para su vida. Está en las divisiones menores de Independiente Medellín y es delantero”.

¿Usted le generó esa pasión por el fútbol?

“Sí, creo que él se ha involucrado, obviamente porque su papá es futbolista. Ha vivido mucho lo que es este entorno, el camerino, lo que es el estadio y todo eso le gustó. A partir de ahí ha tomado su decisión de querer seguir en el fútbol y yo como padre y futbolista lo intento orientar y aconsejar en qué debe hacer para lograr ese sueño”.

¿Y qué consejos le da?

“Que primero está Dios, ese es el mejor consejo que le puedo dar porque al final, lo consiga o no, la palabra es viva y es para siempre. La palabra de Dios dice que todo lo que uno siembra, eso recoge, entonces, si él quiere ser futbolista para poder recoger un fruto bueno, pues tendrá que sembrar bien y el sembrar bien es cuidarse, prepararse personalmente, porque claramente en el equipo se preparan grupalmente, pero el trabajo invisible que muchas veces le llaman, que es la forma en cómo me alimento, cómo descanso y el trabajo personal, pues eso le va a ayudar a que su rendimiento sea mucho mejor y que la posibilidad de que llegue sea mayor. Nada te lo asegura, pero te acerca más a conseguirlo. Los consejos técnicos se los dejo a su entrenador”.

¿Cómo tener también contenta a la esposa y a la hija en un entorno tan futbolero?

“A mi esposa y a mi hija les encanta venir a ver los partidos, además no vivimos siempre para el fútbol. Por ejemplo, en casa no vemos fútbol, salvo que sean un partido muy importante. Compartimos como familia, aprovechamos los días libres para salir y también sacamos espacio para ir la iglesia o el tema ministerial que podamos tener. Le ponemos límites a ciertos espacios para que no nos agobie el fútbol en todo momento”.

¿Y si no es el fútbol y la iglesia, les seduce otro plan?

“Sí, es que en realidad hacemos de todo, salimos a comer y nos gusta viajar”.

¿Le incomodan las canas?

“Esto es genético, es como una herencia que tengo; desde los 17 o 18 años ya tenía canas. ¿Cómo lo asumo? En realidad es que no hay nada por hacer. Me han dicho muchas veces que me las puedo tinturar, pero esto es algo que no me avergüenza, no me afecta. Considero que pintarme las canas es como operarme la nariz o hacerme algo en la cara simplemente porque no me gustó o porque a alguien no le gustó, pues no vivo por opiniones y no me afecta el tenerlas, antes lo disfrutó, soy un privilegiado tenerlas, es quizá diferencial en mí, porque obviamente no todas las personas las tienen”.

¿Los compañeros lo molestan o le tienen algún apodo?

“Todo el mundo en realidad molesta, porque es evidente que es algo que no es muy habitual, pero yo lo tomo de una forma muy natural. Y no tengo ningún mote por ese motivo, pero en Santa Fe me decían el cabezón”.

¿Qué comida les gusta?

“Somos una familia que come bien. Nos gusta lo que yo denomino comer limpio, eso significa que no me agrada por ejemplo que a una carne le pongan salsa, entonces ya no me sabe a carne. Aplica igual si es un plato de arroz, pasta o cualquier proteína, yo me las como, pero sin que le estén echando cosas, me gusta el alimento puro. Y en cuanto a la bandeja paisa, es deliciosa y creo que no es tan mala, excepto algunas que hacen de una manera particular”.

¿Le gusta cocinar?

“Hago algo, pero realmente la que cocina es mi esposa. Yo hago lo básico, lo que me toque para comer. Puedo hacer arroz, huevo, carne y pasta. Aunque yo creo que lo que hago me gusta solamente a mí, seguramente si lo prueba otra persona no le va a saber tan rico, porque yo le echo poca sal o casi no le pongo dulce. Es inminente que no le va gusta a cualquiera. En realidad, si yo cocino es porque me toca, porque no está mi esposa, ella cocina espectacular, por eso yo no la puedo desplazar”.

¿Es difícil adaptarse a la comida en España, usted que vivió allá?

“No, de hecho yo creo que la comida de allá es más sana. Por eso le llaman la comida mediterránea. Como es de mar, es muy rico; bueno también seguro fue por el sector en el que pude estar. En Victoria se come muy bien, la carne es espectacular y más para el centro del país también se alimentan muy bien.

¿Para qué le sirvió jugar en España?

“Gracias a las experiencias que pude vivir en España pude afrontar situaciones como las que viví el semestre pasado, cuando quizá no estaba bien físicamente, tampoco en lo futbolístico, lo que por ende me llevó a no estar en la titular. Esas son situaciones difíciles de llevar, llegar a ser suplente, tener pocos minutos. Ahí es donde me doy cuenta el crecimiento que pude tener allá, eso parte del ritmo de juego y la velocidad con la que se juega. Aunque le doy más valor a lo que aprendí en lo humano”.

¿Qué música escucha Daniel?

“Género cualquiera, pero sí intento que la letra edifique, por lo que por lo general son artistas cristianos, algunos cantan reguetón, vallenato y salsa. En realidad, el género es lo de menos, lo que si no me gusta son las que hablan de sexo y alcohol, eso no me gusta”.

¿Cómo analiza el regreso de jugadores experimentados al fútbol colombiano?

“Esperemos al final poderle dar la lectura que llegaron a ayudar a crecer el fútbol colombiano y no venir a retirarse, eso es lo más importante. Son grandes jugadores, le pueden dar demasiado a la Liga y van a fortalecer los equipos. Dependerá de ellos, de su mentalidad y del proceso que puedan llevar”.

¿Cómo ve el nuevo proceso de la Selección Colombia?

“Muy bien, creo que hay mucho talento. Ellos tienen capacidad, lo han mostrado desde que estaba el profe José Pekerman. Ellos deben saber elegir y llevar bien los tiempos de ese proceso”.

7
son los equipos del fútbol profesional en los que militó Daniel Torres.
63
partidos acumula Torres con el Medellín, es un jugador que ya fue campeón con los rojos.

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