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En este año atípico, marcado por la pandemia que trajo consigo traumatismos en el desarrollo del calendario deportivo, en las disciplinas mediáticas que lograron retomar su curso se presentaron triunfos, sorpresas y fracasos.
Sin la regularidad de temporadas anteriores, los exponentes de la actividad atlética dieron señal de talento, aunque muchas veces se vieron impedidos de imponerlo en pruebas que tenían como objetivos principales.
En ciclismo, por ejemplo, varios candidatos al título, entre ellos los colombianos, quedaron en lugares secundarios en el Tour de Francia (el mejor fue Miguel Ángel López, 6°) en medio de la superioridad exhibida por el esloveno Tadej Pogacar quien, con 21 años, se convirtió en el segundo corredor más joven de la historia en triunfar en la carrera tras Henri Cornet, que la ganó en 1904 a la edad de 19. Pogacar sorprendió a rivales y aficionados con su imponente andar.
El tenis, baloncesto, béisbol, fútbol, atletismo e incluso el automovilismo, más allá de la supremacía de Lewis Hamilton en la Fórmula Uno (ver recuadro) también expusieron lo incierto que puede resultar el deporte, sobre todo pospandemia, más allá del favoritismo de varios referentes.
Según expertos consultados, la inactividad competitiva generada por la crisis sanitaria influyó y lo seguirá haciendo en los resultados del deporte mundial.
Cambio en comportamiento
Una investigación conjunta de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) y Strava, la comunidad deportiva más grande del mundo, y que replicó la agencia EFE, reveló alteraciones físicas y mentales en el comportamiento de los atletas derivadas del confinamiento.
“En cuanto a la ansiedad y el nerviosismo, el porcentaje ascendió de 4,7 % hasta 27,9 % de atletas que reconocieron sentir esas emociones durante más de la mitad de los días de la semana. El estrés incontrolado puede disminuir la respuesta inmunológica del cuerpo, así como perjudicar la capacidad de recuperación total del ejercicio intenso, y necesitamos proporcionar recursos adicionales para ayudar a los deportistas a enfrentar estos desafíos”, dijo el líder del estudio, el profesor en Stanford y médico Michael Fredericson.
Además, reseñó que los resultados más preocupantes de la investigación llegaron al preguntar sobre la salud mental. Antes de las restricciones más severas de la pandemia, tan solo 3,9 % de atletas confesaron sentirse deprimidos más de la mitad de los días de la semana. Esta proporción se multiplicó casi por seis hasta 22,5% durante el período más grave del aislamiento, lo que supone que uno de cada cinco tuvo problemas para realizar sus entrenamientos por este motivo, añadió el estudio.
Daniel Largo Taborda, sociólogo de la Universidad de Antioquia, comentó que las discretas actuaciones de grandes deportistas después del receso competitivo tuvo su origen en el aspecto mental.
“Hay algo que se llama terror sicológico, que está en las personas y muchas veces ni se es consciente de ello. El coronavirus se presentó como algo nuevo, que no se sabía en qué consistía y sus alcances. Al saber que esta enfermedad no distingue entre clase social, el deportista tiene una saturación de información y cae en desinformación”, indicó.
Añadió que esto puede repercutir en el rendimiento. “Sabe que al estar en contacto con otra persona es altamente vulnerable a un contagio. Algunos lo darán todo en un certamen, otros, quizá, y preservando su salud, buscarán hacer la diferencia en futuros eventos”, sostuvo.
Para Adriana García, sicóloga de Indeportes Antioquia, el equilibrio emocional, algo que siempre ha conjugado el esloveno Primoz Roglic —bicampeón Vuelta a España— en momentos de adversidad, es fundamental para encarar los desafíos atléticos.
“Se requiere de bastante equilibrio y más en estos tiempos tan complicados. Se veía a atletas que llegaban ansiosos a una competencia, como si tuvieran la obligación y presión de ganar, tal vez por garantizar un contrato para el siguiente año”, anotó.
La especialista expresó que esta es una de las indeseables puertas para sufrir lesiones. “Había afán. Si bien tienen una memoria motriz y creen que pueden hacer lo mismo como antes, no lo lograron porque no tienen el músculo preparado ni el entrenamiento adecuado para sobresalir. Sus sobreesfuerzos pueden traerles problemas físicos”.
García añadió que otros, en cambio, que han tenido la experiencia del éxito luego del fracaso, lograron destacarse. “Los deportistas de mente fuerte son resilientes. Hay muchos que se entrenan y salen airosos ante la frustración. En algunas investigaciones recientes, se observó que los atletas de élite superaron pronto el no ganar, pero para otros, quienes tenían problemas económicos, además de ser jóvenes, fue un golpe duro el encierro ante la falta de experiencia, y porque se les triplicaron las tareas”.
La marchista Lorena Arenas, primera deportista colombiana en lograr la clasificación a los Olímpicos de Tokio-2021 manifestó que, en parte, lograr ese cupo le dio tranquilidad. “Por la pandemia es muy difícil que se esté al 100 % porque no se tenían las condiciones para entrenar bien. No es lo mismo prepararse en casa que escenario. Además, el estar tanto tiempo encerrado, sin poder planificar, preocupó demasiado. Me dediqué a recuperarme de lesiones, pero los que no están clasificados sí mantienen incertidumbre y estrés, pues saben que más allá de logros, dependen económicamente del deporte”.
Periodista del área de Deportes