El cruce entre Donald Trump y Gustavo Petro reavivó el debate sobre el lenguaje político del presidente colombiano. Mientras el mandatario estadounidense lo calificó como un “thug” —un matón vinculado con el narcotráfico—, Petro se defendió afirmando que no es un “bully”. Sin embargo, su historial de expresiones ofensivas, fallos judiciales y retractaciones muestra una relación constante con el discurso agresivo.