Ya están todos reunidos en Bali, una pequeña isla de Indonesia, el punto inicial de la aventura que conducirá a ocho expedicionarios colombianos a conquistar el pico insular más alto del mundo, el Carstensz, en Nueva Guinea, a 4.884 metros de altura sobre el nivel del mar.
Allí ya preparan la estrategia para emprender el recorrido, que les tomará varios días o incluso semanas, en caso que las condiciones atmosféricas les sean desfavorables, aunque confían en que todo marche a pedir de boca.
A Bali llegaron por rutas diferentes: el líder de la expedición, Juan Pablo Ruiz, economista con máster en Teoría Económica y en Estudios Ambientales de Yale University (EE.UU.), llegó en la mañana de ayer procedente de China. Su experiencia le ha permitido ser guía en tres expediciones colombianas al monte Everest, donde ha hecho cumbre en dos ocasiones (2001 y 2007). También lideró la expedición Epopeya Everest Sin Límites, la cual hizo posible que Nelson Cardona lograse ser el primer discapacitado latinoamericano en la cima del Everest, en 2010.
Juan Pablo Montejo, Sergio Vegas, Marcelo Arbeláez y José Francisco Arata, llegaron por la ruta de Qatar y el resto por Bogotá-Madrid (Manolo Barrios, Nelson Cardona y Carlos Gómez, quien se integra hoy).
Allí empezaron a visualizar el acercamiento al Carstensz y que incluirá una travesía de más de 80 kilómetros en la selva húmeda ecuatorial de la isla.
“A pesar que ya he tenido experiencia de convivir con la flora y fauna selvática durante las expediciones en las que participé hace ya algunos años a los tepuyes de la Orinoquia venezolana, siempre hay expectativas y emociones nuevas que se cruzan en nuestras mentes. Es una aventura nueva para todos”, cuenta Arata, el encargado de las bitácoras, un geólogo venezolano, presidente y director ejecutivo de Pacific Rubiales Energy Corporation graduado “Summa Cum Laude” en Ciencias Geológicas en la Universidad de Torino, Italia y ahora con el reto de hacer cima en Nueva Guinea.
La travesía de 5 o 6 días constará de largas caminatas acompañadas por calor y lluvias incesantes, humedad extrema, cruce de ríos y pantanos.
Y a pesar de que el Carstensz no supera los cinco mil metros de elevación, sí hace parte del denominado circuito de los sietemiles (montes que pasan de esa cifra sobre el nivel del mar).
“Es una de las cumbres mas deseadas por ser parte del circuito de las “7 Cumbres”; sin embargo, es tal vez la cima menos frecuentada porque la logística y el acercamiento a la base de la montaña a través de la selva son muy demandantes”, revela Cardona, escalador manizaleño, claro ejemplo de superación, quien después de un grave accidente tomó la decisión de amputarse la pierna derecha para salvar su vida.
“El contraste que viviremos en los próximos días es único: por un lado la selva tupida, verde y húmeda, y por el otro la cordillera con su clima de páramo seco, frío y las montañas desafiantes con paredes de tonalidades blancuzcas, ocre y grises”, relata, previo inicio del desafío en el que Cardona y sus siete compañeros de aventura podrán contar otra historia, esta vez desde el pico insular más alto del mundo.