El mono ese que más parecía un acróbata de circo, vestido de negro y de tenis, y que los pequeños vieron dando saltos por entre sus casas y calles, como si se tratara de un loco, los dejó encantados.
Marianita, Juan y Simón, los más chicos del grupo, dejaron de lado sus tradicionales juegos en una tarde de fin de semana en Andalucía para seguir a Pavel Petkun, un letón que de español solo pronuncia “parcero”, “hola” y “chao” y que en su época de juventud lavó carros y fue ayudante de construcción antes de dedicarse a la práctica profesional del parkour, modalidad de la que vive y a la cual le debe su nombre pues es reconocido hoy como uno de los mejores exponentes del mundo.
Los sensacionales saltos -de una calle a otra o de terraza a terraza- y el equilibrio al sortear peligrosas barandas, así como la forma de pronunciar vocablos en español hizo reír más de una vez a los menores o a quienes en el Popular 1, Santo Domingo, Villa Hermosa, San Javier e incluso en el Parque Arví en Santa Elena, otras locaciones donde exhibió su destreza, compartieron con él durante estos días. Les enseñó trucos y hasta se divirtió conociendo sobre la mecánica de algunos juegos de los niños de hoy en las comunas 1 y 13, y Centro.
“La gente es muy bonita y querida; los niños son maravillosos; la ciudad me encantó, fabulosa, su clima ideal”, manifestó Pavel, quien además de letón habla en ruso e inglés. Años atrás dejó su natal Daugavplis para radicarse en Otawa, Canadá, donde realiza el show de parkour del Cirque de Soleil, asentado en esa metrópoli.
Él y Medellín son los protagonistas de un proyecto urbano que recorrerá el mundo y que pretende mostrar la transformación de las comunas de la ciudad y, a la vez, los lugares -insospechados de por sí- para esta disciplina.
Pasha -nombre artístico de Petkun- se dejó seducir por la idea cuando escuchó el nombre de la ciudad a donde llegaría. Según él, inmediatamente lo asoció con mujeres hermosas, violencia, comida deliciosa, excelente clima y gente amable, como lo había leído y visto en internet. Y lo pudo comprobar. “Encantado”, asentó.
En el diseño del graffitour intervinieron, además, los parkouristas Esteven Castañeda, Simón Pineda Vélez y los Crew Peligrosos, así como personal de producción internacional.
De 24 años y hoy convertido en empresario, pues creó su propia marca de ropa deportiva para el parkour, Pavel se gozó la comuna medellinense. Saltó, degustó de la comida, compartió con jóvenes, niños y mayores y, ante todo, como lo reconoció, se lleva una imagen distinta.
Los niños, mientras tanto, recordarán que ese mono con acento raro, pero de gran pericia para los saltos, les cambió por un rato la rutina. Esperan que a su regreso, ellos ya estén practicando eso que, por primera vez, conocieron que existía: el parkour.