Aquí para conseguirse la comida hay que trabajar. Si quiere la llevo donde trabajo; allá se bebe y se baila”, me dijo una prima hermana. Me fui de la casa a los 14 años y comencé en la prostitución. Me gustaba mucho bailar.
Vivía en Sopetrán. Mi papá era bulteador en la Plaza de Cisneros, cuando se llamaba Guayaquil. Mi mamá trabajaba en un restaurante en el mismo lugar, por lo tanto, a mí me tocó criar a mis hermanos. Durante ese tiempo me tocó ser mamá entre los 8 y los 14 años, porque mis papás se mantenían trabajando. Cocinaba y cuando se me quemaba el arroz mi papá me castigaba muy duro, con lo que tuviera a la mano: un cordón o una cincha (que era una cabuya gruesa que se usaba para cargar mercados).
Rodando por ahí llegué a La Virginia,...
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